Foto de la película "EL GRAN DICTADOR" de Chaplin.
Texto posteado del blog de liton,que vale la pena visitar...
Es bien conocido por todos, el mangoneo que han ejercido siempre
los distintos gobiernos de los Estados Unidos, en su lucha paranoide
contra el comunismo, en cualquier lugar del mundo. Desde la participación
en el golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile, hasta la instauración
de los ayatolas en Irán o los talibanes en Afganistán, pasando por la
guerra de Vietnam o la formación del mismísimo Bin Laden. Una lista de injerencias inmorales y funestas, que necesitaría páginas enteras para
detallarse. En esta ocasión nos centraremos en latinoamérica.
Fort Benning es el cuartel general de la infantería del ejército
estadounidense y está situado en las colinas de las afueras de Columbus,
en el estado de Georgia. Este lugar acogió la sede de la llamada Escuela
de las Américas, (SOA), también llamada por otros Escuela de Dictadores
o incluso Escuela de Asesinos. Fue creada para la formación profesional
de oficiales latinoamericanos, con la pretendida vocación de inculcar
valores democráticos. Pero el caso es que allí estudió Manuel
Noriega y OmarTorrijos, (Panamá), Anastasio Somoza, (Nicaragua),
Leopoldo Galtieri, (Argentina), generales Héctor Gramajo y Manuel Antonio
Callejas, (Guetemala) Hugo Bánzer, (Bolivia), Roberto D’Aubuisson,
(jefe del escuadrón de la muerte del Salvador). Todos ellos disfrutaron
además de un trato de favor, que incluía las cuotas gratis en clubes de golf,
entradas para los eventos deportivos más importantes y viajes a
Disneylandia. A nadie les preocupó quienes eran ni lo que podrían llegar
a cometer. Los dictadores y jefes militares más brutales de Latinoamérica
de las últimas 5 décadas han pasado por allí, así como oficiales y
soldados que estuvieron posteriormente relacionados con matanzas,
como la de 900 hombres, mujeres y niños a manos del ejército
salvadoreño en el pueblo de El Mozote en 1981. Con el asesinato
el 16 de noviembre de 1989, de seis jesuitas y dos mujeres en El Salvador,
llevado a cabo por miembros del ejército regular, el asunto llegó al
Congreso americano. Las investigaciones revelaron que 19 de los 26
implicados, habían cursado estudios en la Escuela de las Américas.
A pesar de que el gobierno se desmarcara de estas "coincidencias",
muchos no creyeron nunca en una mera casualidad. Las declaraciones
hechas por el ex-comandante Joseph Blair, (antiguo instructor jefe de
la academia), denunciando irregularidades como blanqueo de dinero
proveniente del narcotráfico, y enseñanzas ilícitas tales como
tortura, contraespionaje, detenciones con apaleamiento, falsos
encarcelamientos, administración intravenosa del suero de la verdad,
métodos para ejecutar opositores, etc., movilizaron a la opinión pública.
Cuando se desclasificaron los archivos se comprobó que al menos
500 militares que habían recibido instrucción en la escuela,
habían sido considerados responsables directos, de las más
espantosas atrocidades llevadas a cabo en los países de la región.
Mientras tanto se sucedían manifestaciones y plataformas lideradas
por personajes célebres que pedían el cierre de las instalaciones,
denuncias de organizaciones internacionales y activismos como el del
sacerdote Roy Bourgeois que le llevó 18 meses a la cárcel. Una monja
con 88 años, Dorothy Hennessey, estuvo a punto de correr igual suerte.
Es decir, mientras se becaban dictadores y genocidas, se encarcelaba a
curas y a monjitas. Tanto descaro e impunidad se hicieron insostenibles y
a finales del año 2000 se cerró oficialmente la Escuela de las Américas.
Ahora se llama Instituto del Hemisferio Occidental y han puesto un
felpudo de bienvenida en la puerta donde reza: "Libertad, paz y fraternidad"
. Detalle de mal gusto a mi entender, pues un felpudo se pisotea.
Ahora esta bajo autoridad del Departamento de Defensa y no del ejército
pero allí se sigue hablando español. En fín, ya veremos lo que ocurre
aunque se me antoja, que solo le hayan cambiado de collar al perro.
los distintos gobiernos de los Estados Unidos, en su lucha paranoide
contra el comunismo, en cualquier lugar del mundo. Desde la participación
en el golpe de estado de Augusto Pinochet en Chile, hasta la instauración
de los ayatolas en Irán o los talibanes en Afganistán, pasando por la
guerra de Vietnam o la formación del mismísimo Bin Laden. Una lista de injerencias inmorales y funestas, que necesitaría páginas enteras para
detallarse. En esta ocasión nos centraremos en latinoamérica.
Fort Benning es el cuartel general de la infantería del ejército
estadounidense y está situado en las colinas de las afueras de Columbus,
en el estado de Georgia. Este lugar acogió la sede de la llamada Escuela
de las Américas, (SOA), también llamada por otros Escuela de Dictadores
o incluso Escuela de Asesinos. Fue creada para la formación profesional
de oficiales latinoamericanos, con la pretendida vocación de inculcar
valores democráticos. Pero el caso es que allí estudió Manuel
Noriega y OmarTorrijos, (Panamá), Anastasio Somoza, (Nicaragua),
Leopoldo Galtieri, (Argentina), generales Héctor Gramajo y Manuel Antonio
Callejas, (Guetemala) Hugo Bánzer, (Bolivia), Roberto D’Aubuisson,
(jefe del escuadrón de la muerte del Salvador). Todos ellos disfrutaron
además de un trato de favor, que incluía las cuotas gratis en clubes de golf,
entradas para los eventos deportivos más importantes y viajes a
Disneylandia. A nadie les preocupó quienes eran ni lo que podrían llegar
a cometer. Los dictadores y jefes militares más brutales de Latinoamérica
de las últimas 5 décadas han pasado por allí, así como oficiales y
soldados que estuvieron posteriormente relacionados con matanzas,
como la de 900 hombres, mujeres y niños a manos del ejército
salvadoreño en el pueblo de El Mozote en 1981. Con el asesinato
el 16 de noviembre de 1989, de seis jesuitas y dos mujeres en El Salvador,
llevado a cabo por miembros del ejército regular, el asunto llegó al
Congreso americano. Las investigaciones revelaron que 19 de los 26
implicados, habían cursado estudios en la Escuela de las Américas.
A pesar de que el gobierno se desmarcara de estas "coincidencias",
muchos no creyeron nunca en una mera casualidad. Las declaraciones
hechas por el ex-comandante Joseph Blair, (antiguo instructor jefe de
la academia), denunciando irregularidades como blanqueo de dinero
proveniente del narcotráfico, y enseñanzas ilícitas tales como
tortura, contraespionaje, detenciones con apaleamiento, falsos
encarcelamientos, administración intravenosa del suero de la verdad,
métodos para ejecutar opositores, etc., movilizaron a la opinión pública.
Cuando se desclasificaron los archivos se comprobó que al menos
500 militares que habían recibido instrucción en la escuela,
habían sido considerados responsables directos, de las más
espantosas atrocidades llevadas a cabo en los países de la región.
Mientras tanto se sucedían manifestaciones y plataformas lideradas
por personajes célebres que pedían el cierre de las instalaciones,
denuncias de organizaciones internacionales y activismos como el del
sacerdote Roy Bourgeois que le llevó 18 meses a la cárcel. Una monja
con 88 años, Dorothy Hennessey, estuvo a punto de correr igual suerte.
Es decir, mientras se becaban dictadores y genocidas, se encarcelaba a
curas y a monjitas. Tanto descaro e impunidad se hicieron insostenibles y
a finales del año 2000 se cerró oficialmente la Escuela de las Américas.
Ahora se llama Instituto del Hemisferio Occidental y han puesto un
felpudo de bienvenida en la puerta donde reza: "Libertad, paz y fraternidad"
. Detalle de mal gusto a mi entender, pues un felpudo se pisotea.
Ahora esta bajo autoridad del Departamento de Defensa y no del ejército
pero allí se sigue hablando español. En fín, ya veremos lo que ocurre
aunque se me antoja, que solo le hayan cambiado de collar al perro.
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