Una gran esperanza-Alberto Elosegui.-
Empirismo contra tecnología.
¿Son los remedios "naturales" una
revancha de la sabiduría tradicional
o una nueva moda que se impone?
He aquí lo que piensan los mayores
expertos internacionales.
Hace veinte años los niños aquejados de leucemia estaban destinados a morir.
Hoy se salvan muchos o al menos se puede prolongar su vida, gracias sobre todo a
una flor de Madagascar, gracias a una pervinca (Vinca rosea). La planta contiene dos
elementos bioquímicos, la leucristina y lavincaleucoblastina, los cuales combaten la
rápida división celular (y la leucemia está caracterizada por una anormal proliferación
de los leucocitos en la sangre y en la médula espinal).
Millones de personas que sufren cardiopatías deben la vida a otra flor ornamental:
la digital. Contiene glucósidos, es decir derivados de los azúcares similares a los
esteroides que favorecen el reequilibrio de sodio y de potasio en las células cardíacas
enfermas y permiten así el regreso a una contracción cardiaca rítmica.
La cicuta (Conium maculatum) sirvió a Sócrates para quitarse la vida (laplanta contiene
un veneno para defenderse de los animales que quieran comerla), pero entre sus muchas indicaciones terapéuticas figuran el empleo contra dolores neurálgicos, la epilepsia y el mal
de Parkinson.
También la belladona (Atropa belladonna) como la cicuta puede ser nociva, ya que
bloquea la acción de los neurotransmisores acetilcolina y favorece alucinaciones y delirios (muchos infelices condenados como brujos en el medievo habían confesado nada más
"viajes" debido a la atropina. Como fármaco en cambio, la belladona sirve contra los
espasmos musculares y nerviosos, hipersecreción ácida, mal de mar.
Y la raíz de la ipecacuana (Uragoga Ceshaelis ipecacuanha) curó a LuisXIV de la
disentería, cubriendo a su médico de títulos honoríficos y posesiones de tierras, etc.
Se ha empleado hoy con éxito para la tos, la bronquitis, la laringitis, la diarrea.
Las plantas al laboratorio
La medicina de las plantas está abandonando el almacén del herborista y florece en
los laboratorios de bioquímica. El control de esta medicina antiquísima a través de la
tecnología de las ciencias modernas aumenta constantemente, pero con lentitud. Las
hierbas para pasar al fármaco requieren largos años de estudio antes de ser aprobadas
por la medicina legal o formalista.
Pero,como dice Jack Hao, un farmacólogo chino americano que dirige en Pekín un
instituto de biotecnología, "la medicina del futuro será una combinación de antiguos
fármacos de China y los nuevos de Occidente. La declaración deja atrás la sabiduría
de los "chamanes" de Amazonia por ejemplo, pero en general tiene razón.
Comienza a serlo ahora. Por lo menos un tercio de la farmacología "química" de los
países occidentales es tributaria de las plantas por los principios activos de éstas.
En algunas aulas universitarias se olvida de la fitoterapia y se deja de lado, por ejemplo,
la rawolfia como la base de muchos tranquilizantes, el limón utilizadocontra el
escorbuto, las cataplasmas de tierra que precedieron a la penicilina en la terapia de
pueblos agrícolas, la quinina contra la malaria "robada" a los indios del Perú y
por ahora, lo único realmente eficaz.
Pero los médicos más advertidos saben que la digitalina es el mejor cardiotónico,
el mejor hipotensor citado en el pasado anterior, el mejor simpaticolítico la anémona,
el mejor antiespasmódico la belladona y el mejor narcótico, el opio, bien utilizado y
bajo control médico.
El retorno hacia la medicina de las hierbas es en parte "una búsqueda de confianza"
contra un excesivo consumo de fármacos de síntesis, a los que se imputa ser con
frecuencia iatrogénicos (es decir portadores de daños inducidos por el producto mismo).
La misma Organización Mundial de la Salud (OMS) favorece y apoya el recurso
a las hierbas aparte de los fármacos de síntesis. "Cuatro quintas partes de la población
del mundo, según el doctor Hiroshi Nakajima, ex-director general de la OMS,
se medicaba echando mano a la medicina tradicional "porque está lejos de la
ciencia médica de Occidente."
Y muchos de estos fármacos tienen su origen en remedios acientíficos."Las hierbas
representan un tesoro que el mundo no puede ignorar". Se dice "acientífico"
no porque están contra la ciencia sino que se derivan de hierbas antiguas o
recién descubiertas pero no bien catalogadas y estudiadas. Los laboratorios
no tienen tiempo.
No todas las plantas
Hay que distinguir, sin embargo, entre la herboristería y la fitoterapia o mejor
entre los productos saludables y las especialidades medicinales.En farmacología
el uso de un vegetal viene precedido de un largo estudio botánico, químico,
farmacológico de la planta en cuestión, de la cual se utiliza después la molécula pura,
en dosis bien claras,indicadas para la patología que se trata.
Aquí entre las especialidades medicinales, al médico toca hacer el diagnóstico y
recetar para que el farmacéutico dispense el producto de síntesis o vegetal más
aceptado a la terapia del mal. Pero cuando usamos el extracto de la planta entera
(y no la molécula pura) estamos utilizando "productos de la salud". El término es
de la propiaOrganización Mundial de la Salud.
Las hierbas no actúan siempre como un placebo (que produce efectos sobretodo a
nivel psicológico) sino por la acción farmacológica precisa de tal hierba.
La nueva farmacognosis (reconocimiento de las sustancias medicinales)requiere
conocimientos profundos de la biología molecular, la enzimología, de la ingeniería
genética: sólo estas ciencias permiten caracterizar los principios activos de un fármaco,
de origen vegetal, y conocer su trabajo en el proceso metabólico, antes de utilizar
la potencialidad de la planta como elemento terapéutico.
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