viernes, 29 de junio de 2007

Textoclips.



Sobre la escarcha de los cerros estaba uno de esos chicos que nunca fue a la escuela. En patas, con los pantaloncitos deshilachados hasta las rodillas se había sentado y acariciaba a su perro. Con un pañuelito encontrado al costado de la ruta se tapaba la nariz al estilo de las damas antiguas de la peli y miraba hacia el lado de las montañas. El sol separaba la piel dorada de las finas líneas oscuras de sus labios. El perro estaba muerto y el nene acariciaba el cuero que todavía quedaba entre las costillas.

Julián nunca había podido ganarle en nada a Marcelo. Ni a las bolitas, ni a las figuritas, ni a la casita robada, al chinchón, al truco o al poker; tampoco en la escuela ni con las minas. Un día, Marcelo estaba cavando un pozo hondo para el agua. Julián se acercó y sin decir palabra sacó del bolsillo un paquete de tristeza y empezó a derramarlo en el piso. Cuando terminó sonrió con orgullo por primera vez.

En Mendoza grupos católicos intimidaron a los médicos que realizaron un aborto y a los jueces que los autorizaron; también amenazaron con poner una bomba en el hospital. Dicen que lo hicieron para proteger la vida.

Autor Malambo , en BLOXITO.

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