miércoles, 4 de julio de 2007

La lección argentina.



La leccion argentina:
los invisibles se adueñaron de la escena(Eduardo Galeano)

No solo en la Argentina, no solo en America latina, el sistema esta ciego. ?Que son las personas de carne y hueso? Para los economistas mas notorios, numeros. Para los banqueros mas poderosos, deudores. Para los tecnocratas mas eficientes, molestias. Y para los politicos mas exitosos, votos. Ahora los invisibles han ocupado, cosa rara, el centro de la escena. Son los que se niegan a seguir comiendo promesas; los que han sido despojados de sus salarios y de sus jubilaciones; los que han sido desvalijados de sus ahorros de toda la vida; los jovenes que se sienten traicionados por el pais que heredan. En el rio revuelto de la bronca colectiva, aparecen tambien los pescadores: los provocadores, los delincuentes, los violentos, los que quieren desviar el justo torrente de la indignacion popular, para que todo acabe en una guerra de pobres contra pobres. Pero eso no quita ni un poquito de valor a la pueblada que volteo al gobierno de De la Rua, ni a las caceroladas de despues, que son irrefutables pruebas de energia democratica. De la Rua habia dicho, en su discurso, palabra mas, palabra menos: la realidad no existe, la gente no existe. La democracia somos nosotros, le respondio la gente, y nosotros estamos hartos. ?O acaso la democracia consiste solamente en el derecho de votar cada cuatro anos? ?Derecho de eleccion o derecho de traicion? En la Argentina, como en tantos otros paises, la gente vota, pero no elige. Vota por uno, gobierna otro: gobierna el clon.

El clon hace, desde el gobierno, todo lo contrario de lo que el candidato habia prometido durante la campana electoral. Segun la celebre definicion de Oscar Wilde, cinico es el que conoce el precio de todo y el valor de nada. El cinismo se disfraza de realismo y asi se desprestigia la democracia. Las encuestas indican que America latina es, hoy por hoy, la region del mundo que menos cree en el sistema democratico de gobierno. Una de esas encuestas, publicada por la revista The Economist, revelo la caida vertical de la fe de la opinion publica en la democracia, en casi todos los paises latinoamericanos: hace medio ano, solo creian en ella seis de cada diez argentinos, bolivianos, venezolanos, peruanos y hondurenos, menos de la mitad de los mexicanos, los nicaraguenses y los chilenos, no mas que un tercio de los colombianos, los guatemaltecos, los panamenos y los paraguayos, menos de un tercio de los brasilenos y apenas uno de cada cuatro salvadorenos. Triste panorama, caldo gordo para los demagogos y los mesias de uniforme: mucha gente, y sobre todo mucha gente joven, siente que el verdadero domicilio de los politicos esta en la cueva de Ali Baba y los cuarenta ladrones.

Un recuerdo de infancia del narrador Hector Tizon: en la Avenida de Mayo, en Buenos Aires, su papa le senalo a un senor que en la vereda, ante una mesita, vendia pomadas y cepillos para lustrar zapatos: -Ese senor se llama Elpidio Gonzalez. Miralo bien. El fue vicepresidente de la republica. Eran otros tiempos. Sesenta anos despues, en las elecciones legislativas de 2001, hubo un aluvion de votos en blanco o anulados, algo jamas visto, un record mundial. Entre los votos anulados, el candidato triunfante fue el pato Clemente, que no tiene manos para robar.

Quiza nunca America latina habia sufrido un saqueo politico comparable con el de la decada pasada. Con la complicidad y el amparo del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, siempre exigentes de austeridad y transparencia, varios gobernantes robaron hasta las herraduras de los caballos al galope. En los anos de las privatizaciones, rifaron todo, hasta las baldosas de las veredas y los leones de los zoologicos, y todo lo evaporaron. Los paises fueron entregados para pagar la deuda externa, segun mandaban los que de veras mandan, pero la deuda, misteriosamente, se multiplico entre los dedos agiles de Carlos Menem y muchos de sus colegas. Y los ciudadanos, los invisibles, se han quedado sin paises, con una inmensa deuda que pagar, platos rotos de esa fiesta ajena, y con gobiernos que no gobiernan, porque estan gobernados desde afuera. Los gobiernos piden permiso, hacen sus deberes y rinden examen: no ante los ciudadanos que los votan, sino ante los banqueros que los vetan.

Ahora que estamos todos en plena guerra contra el terrorismo internacional, esta duda no esta demas: ?que hacemos con el terrorismo del mercado, que esta castigando a la inmensa mayoria de la humanidad? ?O no son terroristas los metodos de los altos organismos internacionales, que en escala planetaria dirigen las finanzas, el comercio y todo lo demas? ?Acaso no practican la extorsion y el crimen, aunque maten por asfixia y hambre y no por bomba? ?No estan haciendo saltar en pedazos los derechos de los trabajadores? ?No estan asesinando la soberania nacional, la industria nacional, la cultura nacional? La Argentina era la alumna mas cumplida del Fondo Monetario, del Banco Mundial y de la Organizacion Mundial del Comercio. Asi le fue.

Damas y caballeros: los primeros son los banqueros. Y donde manda capitan, no manda marinero. Palabras mas, palabras menos, este fue el primer mensaje que el presidente George W. Bush envio al presidente Rodriguez Saa. Desde la ciudad de Washington, capital de los Estados Unidos y no solo de los Estados Unidos, Bush indico que la Argentina debe "proteger" a sus acreedores y al Fondo Monetario Internacional y llevar adelante una politica de "mas austeridad". Mientras tanto, en Buenos Aires, el nuevo Presidente provisional metio la pata en su primera respuesta a la prensa. Un periodista le pregunto que iba a priorizar, la deuda o la gente, y el contesto: "La deuda". Don Sigmund Freud sonrio desde su tumba, pero Rodriguez Saa corrigio de inmediato su respuesta. Y poco despues, anuncio que suspendera los pagos de la deuda y destinara ese dinero a crear fuentes de trabajo para las legiones de desocupados. La deuda o la gente, esa es la cuestion. Y ahora la gente, al son de sus tachos de cocina, suena y exige.

Hace cosa de un siglo, don Jose Batlle y Ordonez, presidente del Uruguay, estaba presenciando un partido de futbol. Y comento: -?Que lindo seria si hubiera 22 espectadores y diez mil jugadores! Quiza se referia a la educacion fisica, que el promovio. O estaba hablando, mas bien, de la democracia que queria. Un siglo despues, en la orilla argentina del rio, muchos de los manifestantes llevaban la camiseta de su seleccion nacional de futbol, su entranable senal de identidad, su alegre certeza de patria: con la camiseta puesta, tomaron las calles. La gente, harta de ser espectadora de su propia humillacion, ha invadido la cancha. No va a ser facil desalojarla.

www.tiwy.com

No hay comentarios: