miércoles, 9 de abril de 2008

Burro grande o las 4X4

Fuente:mariachis.totalh.com

Todas las modas son imbéciles por definición. Pero hay modas que son más lesivas que otras y, por lo tanto, más estúpidas. Una de las más estúpidas es la de los todoterreno.

Comencemos primero por los coches destinados en principio a seres humanos sin taras psicológicas.� Los coches de todas las marcas (Peugeot 205-206-207, R5-Clío, Ibiza, Corsa, Fiesta…) y segmentos (R19-Megane, R21-Laguna, 405-406-407…) están creciendo y engordando a pasos agigantados.

¿Es normal que un coche familiar como el Peugeot 407 ya pase de los 1800 Kg?.

El consumo y las emisiones contaminantes dependen de dos parámetros: el peso del vehículo y su superficie frontal. El primero influye en las aceleraciones (ciudad, carretera) y el segundo en la velocidad (carretera, autopista).

Coches más grandes, más pesados y con neumáticos sobredimensionados necesitan de motores más potentes. Así entramos en un círculo vicioso en el que tenemos que reforzar la estructura, usar suspensiones más firmes, discos de frenos de mayor diámetro… lo cual sube el peso y baja las prestaciones, con lo que hay que volver a aumentar la potencia del motor y…

¿Por qué hacen esto los constructores? ¿Son tontos? Noooo.

Ellos saben que el cliente tipo (el imbécil medio) tiene la idea que un coche grande es de rico, y que un coche pequeño es de pobre. También cree que un coche pesado es más estable, pero el peso es el cáncer de cualquier vehículo, es un verdadero problema para conseguir que un coche se comporte decentemente.

En Formula 1 se producen accidentes a más de 200Km/h. Un coche de calle acabaría convertido en una masa informe de hierros, sin embargo, en la F1 suelen saldarse sin consecuencias graves para el piloto.

El peso de un monoplaza de F1 es de 600Kg. Usan fibra de carbono para crear una estructura muy rígida y ligera. La fibra de carbono ya está hace años en la industria de la motocicleta (carenados, cascos, silenciadores…). Una estructura ligera puede proteger mejor a los ocupantes que una pesada. Es menos resistente, pero tiene menos energía que disipar.

La industria de la moto se ha volcado en la efectividad pura. Mientras los coches engordan y se llenan de dispositivos absurdos e inútiles (excepto para engordar la factura del taller cuando se estropean) las marcas de motos, espoleadas por la competición desarrollan motos cada vez más eficaces, potentes, rigidas… y ligeras.

Conceptualmente, un coche no es más que una moto con columna de dirección, diferencial y dos ruedas más. Un coche de 5 plazas no deberia pesar mas de 500Kg, asi podría ser propulsado por motores mucho más pequeños, ligeros y economicos.

Y ahora, vamos con los todoterreno:

No es que los todoterreno sean intrínsecamente malos. Son vehículos muy útiles si se usan para aquello que han sido construídos. Es perfectamente normal que una persona que viva en un medio rural, y que tenga que desplazarse frecuentemente por pistas y carreteras en mal estado, prefiera comprarse un todoterreno (uno de verdad).

Pero luego están la inmensa mayoría de los propietarios de un 4×4. Gentecilla que se lo compró para luego hacer menos de un 1% de los kilómetros fuera del asfalto. Eso si el coche sale del asfalto alguna vez en su vida. Ya es comun ver estos vehículos en las carreteras o generalmente aparcados delante de restaurantes pijos.

Es comprensible. ¡Cómo va a sacar al campo un coche con pintura metalizada y tapicería de cuero! Un coche que de todoterreno sólo tiene el aspecto. Algunos con chasis autoportante, en vez del tradicional de largueros (es decir, un bastidor de vehículo de asfalto, con ruedas gordotas y mucha chapa).

Las mismas marcas saben a qué clase de gilipollas (clientes) van destinados estos coches, y los construyen con suspensiones de corto recorrido, frenos sobredimensionados, neumáticos de perfil bajo con dibujo y compuesto asfáltico, motores de muchísimos caballos y en ocasiones sin ni tan siquiera caja reductora.

Las marcas saben perfectamente que sus clientes demandan coches con apariencia de todoterreno (muy masivos, agresivos) pero con cualidades de coche convencional. Y sacrifican cualquier aspiración de rodar por caminos en pos de intentar adaptar esa bestia de dos toneladas y pico y doscientos o más caballos a un uso en carretera.

¿Cuáles pueden ser los motivos para que un imbécil se compre un coche, con imagen de campero pero que a la postre ni es capaz de ir por campo, ni se comporta como un coche normal en asfalto?. Porque claro, hay que ser muy gilipollas para gastarse el dinero en un coche que consume mucho más combustible (peso y aerodinámica, además de sus tremendos motores), que gasta neumáticos como si los regalasen (y el caso es que van carísimos), y que aún por encima son más peligrosos que un coche normal y corriente.

El razonamiento medio del patán adinerado es que cuanto más kilos tenga su coche, más seguro es. Esto es cierto en los casos de choque entre vehículos, en los que el que tiene más peso lleva las de ganar. Así pues, un todoterreno es muy seguro… a costa de matar a los ocupantes del otro coche . En una colisión, su masa, la rigidez del bastidor y su mayor altura provocan un efecto de solapamiento con el otro vehículo que es fatídico para éste último (el pez grande se come al chico). Quien tiene dinero para pagarse la tanqueta con más kilos de chapa, gana. Esto es un riesgo para el resto de usuarios de la vía, sean peatones, ciclistas, motoristas o ciudadanos con vehículos normales.

Pero ademas, estos monstruos tienen grandes deficits de seguridad (activa y pasiva). Sus inmensas inercias hacen que su conducción sea mucho más crítica y experta (no es lo mismo un latigazo en un Clio que en un mastodonte de dos toneladas). Por tanto, son frecuentes los vuelcos y salidas de carretera de estos monstruos de acero. Por si esto fuera poco, en colisiones contra obstáculos fijos (un terraplén, roca, árbol…) la enorme masa convertida en energía cinética es capaz de deformar los chasis de estos vehículos con más facilidad que en un vehículo normal, dejando aprisionado al infeliz conductor que, creyéndose a salvo de peligros, se ve atrapado por una mole de acero que aplasta el habitáculo en cuanto sus ruedas apuntan al cielo.

Es cierto que casi todos los todo terreno llevan ahora neumáticos puros de asfalto que mejoran el comportamiento en carretera, pero lo inutilizan para el campo… con lo cual se pregunta uno ¿para qué coño se lo ha comprado?. ¿Por qué cojones se siguen vendiendo cada vez más de estos todoterreno pijos?.

Es evidente: por imagen. El gilipollas adinerado ha cambiado la forma con que ve los todo terrenos. De ser vehículos de trabajo, cosa que esa clase de basura detesta, han pasado a relacionarse con las cacerías, deporte muy de nobles y de gente de alta alcurnia. De gente bien, vamos. Cierto tipo de todo terreno se asocia a un estilo de vida. Es increíble como el estereotipo de noble que disfruta de su ocio en la caza sigue, después de tantos miles de años, atrayendo y condicionando la vida de tanto nuevo rico.

Hay que ser estúpido para gastarse más de 10 kilos en un coche que ni va bien en carretera ni va bien fuera de ella, que consume el doble que un coche normal (y contamina otro tanto) y es costosísimo de mantener. Pues bien, para esta basura de gente ese es precisamente el objeto de la compra. Un BMW X5, Volkswagen Touareg, Mercedes ML, Porsche Cayenne, Hummer… no lo puede tener cualquiera. El desembolso necesario para su adquisición y mantenimiento está reservado a unos pocos bolsillos y es por lo tanto un signo de distinción. Es una forma de decir: “tengo tanta pasta que me puedo permitir tirarla en estupideces como ésta” para satisfacción de su ego y envidia del vecino.

En este caso en concreto, los criterios de compra del vehículo no están en orden con las necesidades de uso, sino con motivaciones degeneradas como la de dar una imagen de triunfador, conduciendo dos mil kilos de acero, aspiraciones importadas del otro lado del charco como triunfo del American Way of Life que no es más que el orgullo de ser un palurdo ignorante forrado de pasta. En resumen, que no se trata de una necesidad, sino de un lujo caprichoso y estúpido.

Por criterios económicos, medio ambientales y de seguridad, la adquisición de un todo terreno por personas ajenas al medio rural debería estar prohibida (hay países europeos que se lo están planteando). Son una amenaza para el resto de usuarios de la vía, y a la vez, un verdadero monumento a la ineficiencia energética y a la vanidad, soberbia y estupidez humanas.

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