domingo, 29 de junio de 2008

Huracán en la garganta





Os presento el blog literario "HURACÁN EN LA GARGANTA" y título del próximo libro de la escritora argentina Adriana Menendez....llegó a mi correo presentándose con sencillez y soltura....entré y leí la siguiente bienvenida que me hizo sonreir y comparto con ustedes a sabiendas de que si lo visitais lo encontrareis interesante y con un fino sentido del humor.

"Tengo 43 años, trato que la tecnología no me invada constantemente y me pregunto, ¿para qué tener un blog? Si a esto le sumamos que un intelectual respetado por mí, José Pablo Feinmann, hace poco dijo “cualquier pelotudo tiene un blog”, la duda de hacerlo me invade irremediablemente (cierto es también que con ese criterio podríamos decir "cualquier pelotudo tiene un programa de televisión", y ni te cuento dos). Pero mi amiga insiste, y otro intelectual, más joven, pero igualmente filósofo y respetado, Luis Diego Fernández, me fundamenta el uso de un blog con Foucault. Y bueh, acá estoy, vamos a ver qué sale de todo esto."

"La luz vuelve. Siempre vuelve. Aunque la queramos perder. Y yo me pregunto por qué. Es lógico, después del quinto whisky uno comienza a hacerse ese tipo de preguntas pelotudas. Y yo sin poder resolver la cuestión. Mi hermana, mi querida hermana, se casa. Por supuesto que me invitó. Y obvio que insiste en que vaya. Ella hace unos años se mudó a un pequeño pueblo llamado Costa del Eje. Nunca entendí muy bien ese nombre, porque para que haya una costa tiene que haber agua, y ellos ni siquiera de la corriente. Para comprender la idea de que un eje tenga una costa necesitaría otro whisky. Costa del Eje es un pueblo de unas cien casas, de calles anchas y arboladas, con una iglesia y una plaza a la que casi todos los vecinos llevan a sus perros a dar una vuelta (¿o eran ellos los que iban a dar la vuelta del perro?). Comisaría no hay, no la necesitan. Sí hay una oficina pública, donde un dependiente de la Municipalidad de la Ciudad de Pascato, cabeza de partido, toma mate y cada tanto verifica y asienta un nacimiento o una boda, o firma un certificado de defunción. Para muchos es la más parecido al Edén. Es, sin duda, un lugar donde se puede vivir y morir en paz. En mucha paz. En tanta que me mareo. Lo siento. A mí me encantan las flores, pero sólo en las macetas de mi balcón. O a lo sumo, y cuando hay algún enfermo, en un florero. Si voy al campo y respiro, me ahogo. Tanto verde junto me aturde. Padezco temblores, me irrito, no me banco las hormigas, me sube la fiebre. Y no se me pasa hasta que parto raudamente y logro aspirar aunque más no sea un poquito de smog. Mi organismo precisa contaminación. Pertenezco decididamente a la ciudad. No a cualquiera, a ésta, que tantos critican pero que pocos, muy pocos para mi gusto, dejan. Es rara mi ciudad. Es grande, caótica, solidaria, desenfrenada. Abundante, miserable, egoísta, sucia y hermosa. Tiene un aspecto mitad europero, mitad linyera. Se parece a un turista. Es una ciudad que alberga a otras ciudades. Algunas de lata, otras de cristal. Tiene olor y dolor. Un lugar donde se trabaja, se putea a las madres, se estudia en el subte, se escribe en los bares y se fuma hasta en las iglesias. Poblada, depende del punto del vista, de simpáticos delirantes o de fríos sádicos, que son capaces de solucionar el caos mundial en un velorio. Pasa alternadamente por etapas de revolución, empanadas y vino tinto; de frivolidad, pizza y champán; de muerte; de volveremos y nos iremos; de venceremos y nos joderemos y, a veces, nos salvaremos, a costa de lo que sea. Pesar, sabiduría, insolencia y cinismo hurañamente mezclados. El tren disminuye poco a poco su marcha. Nos acercamos a Costa del Eje y yo todavía no sé si quedarme. Creo que sólo voy a cruzar las vías y tomarme el tren de vuelta. Después le mando un telegrama. Mi hermana me va a entender.


2 comentarios:

Adriana Menendez dijo...

no sé qué agradecerte más: si que me hayas sitado en tu blog o las ilustraciones o ese tango, ese tango, cantado por una de mis cantantes favoritas; cómo me gusta el tango!!!
gracias y beso
adriana

Anónimo dijo...

Que acertado el comentario de Feinmann.Un gusto visitarte.
Poderoso_caballero_dondinero