sábado, 12 de julio de 2008

La paradoja del barbero




Fuente de la imagen-ANTON MARTIN-

LA CONOCIDA COMO PARADOJA DE RUSSELL.

En un lejano poblado de un antiguo emirato había un barbero llamado As-Samet diestro en afeitar cabezas y barbas, maestro en escamondar pies y en poner sanguijuelas. Un día el emir se dio cuenta de la falta de barberos en el emirato, y ordenó que los barberos sólo afeitaran a aquellas personas que no pudieran hacerlo por sí mismas. Cierto día el emir llamó a As-Samet para que lo afeitara y él le contó sus angustias:

«En mi pueblo soy el único barbero. Si me afeito, entonces puedo afeitarme por mí mismo, por lo tanto no debería de afeitarme el barbero de mi pueblo ¡que soy yo! Pero si por el contrario, no me afeito, entonces algún barbero me debe afeitar ¡pero yo soy el único barbero de allí!»

El emir pensó que sus pensamientos eran tan profundos, que lo premió con la mano de la más virtuosa de sus hijas. Así, el barbero As-Samet vivió por siempre felíz.
Fuente Microsiervos
Fuente Wikipedia

1 comentario:

Pais Vasco-Ibasque dijo...

Sabes que me hace pensar ese cuento?, en la autocensura que cada vez más políticos, periodistas...se imponen.
No me digas porqué, pero es lo que se me ha venido a la cabeza al leerlo.


Un abrazo
juan