miércoles, 20 de agosto de 2008

GEORGIA




fuente de la imagen

No hay buenos. Es como un partido de ajedrez: no hay quien sea moralmente superior. Puedes animar a uno o a otro, te gusta la estrategia de tal jugador. Pero no criticas a uno por atacar a un peon con la reina, o apoyas el movimiento de una torre por hacerlo un jugador justo y bondadoso.

Esta guerra es igual. ¿Apoyamos los oleoductos de capital inglés o vamos, con nuestras banderas y bufandas, a favor del control regional ruso? ¿Hacemos la ola ante el disparo del AK-47 o nos emocionamos con la cadencia del M-16? Osetia es un buen punto para que Rusia mantenga clavados a los islamistas chechenos, para que la potencia de turno controle los oleoductos de Asia central y del Caucaso, para que Estados Unidos tenga cerca por el norte a Irán y para que el gobierno georgiano apuntale su poder sobre el territorio. Y nada más. No hay una defensa del derecho de autodeterminación de los osetios o de los georgianos ni de nadie; no hay una respuesta ante un genocidio que existe a dos bandas.

Mañana los trabajadores de Petrogrado no van a vivir mejor gracias a esta guerra. Van a seguir corriendo la liebre tratando de comer mañana, buscando trabajo y sueldo y pan. La mano de obra de Tiflis tampoco va a notar un cambio a mejor en el caso de que Georgia, de alguna forma, consiguiera tomar el control de Osetia. Y estoy hablando, por supuesto, de aquellos que no hayan sido llevados al frente para matar y morir en nombre de unas banderas tras cuyos pliegues asoman logotipos de empresas petroleras.

No voy a defender a la torre ni al peón. Es una partida en la que, gane quien gane, perderá la carne de cañon que no puede elegir tablero.

fuente:asaltoalcielo.wordpress.com

No hay comentarios: