domingo, 11 de enero de 2009

¡ Que culpa tiene el tomate !

imagen wikipedia
Entro en la página dedicada al Tomate Raf , que si no lo conoceis os sugiero que vuestro paladar lo haga. Fijaros que maravilloso texto que juega con la pluma y el tomate de manera tan magistral que nos hace decir....¡Quiero una ensalada de tomate Raf,medias lunas de cebolla,aceitunas negras,aceite de oliva y sal!......................El texto con la firma de José Cervera de perogrullo.com dice:

Justicia, por Pepe Cervera
Vie, 09/01/2009 - 10:26
Los humanos tenemos un cierto innato sentido de la justicia que nos lleva a compensar los defectos visibles con virtudes ocultas, o imaginarias, y viceversa. Tendemos a pensar que el esplendor, la belleza o la riqueza visibles se equilibran con fallos profundos de carácter, con defectos de ánimo, con taras morales, los ricos también lloran. Y que la fealdad, la pobreza o la estulticia conllevan como reparación una cierta superioridad moral, una belleza interior que compensa los defectos a la vista. Pocas veces se cumple este anhelo nuestro de equilibrio y justicia; pocas veces lloran los ricos, tienen mal aliento los guapos o poseen sabiduría profunda los pobres, los estúpidos o los feos por el mero hecho de serlo. A veces, sin embargo, el Universo se complace en gastarnos una broma y cumple con nuestras expectativas. A veces los elementos se combinan y surge algo como el tomate Raf.

Es feo de narices, el tomate Raf. Su aspecto lo aparta por completo del ideal de 'tomatez' que nos ofrecen las cadenas de supermercados y las verdulerías al uso: un tomate esférico, uniformemente rojo y de un tamaño tan estandarizado que parece que estés comprando huevos colorados, en lugar de solanáceas. No, el Raf es feo hasta decir basta, feo con avaricia, casi orgullosamente feo. Su superficie está rota por gajos y acumulaciones amorfas de tejidos como si el fruto al crecer se apelotonara sobre sí mismo, como si en su afán por hacerse mayor diferentes partes del mismo cuerpo se atropellaran unas a otras. El color es verde profundo veteado, de una vegetalidad que asociamos más con pastos y selvas que con comidas domesticadas; cuando el rojo comienza a aparecer entre la clorofila es un rojo tímido sin consistencia, e indica que ya casi es demasiado tarde. El Raf, como ciertos políticos y actores, convierte su repulsivo aspecto en parte de su atractivo, presentando su falta de belleza como un desafío, como un reto. ¿Te atreverás, serás de verdad capaz de hincar el diente a algo que parece un tumor vegetal?

Pero si te atreves a superar el aspecto poco atractivo, el color extraño, el tacto cristalino y el violento aroma a planta que rodean y protegen al tomate Raf...

A veces los dioses inexistentes nos sonríen, y se produce un pequeño milagro: el matrimonio entre una variedad vegetal y un lugar geográfico que permite la máxima expresión de sus capacidades. El encuentro de una planta concreta y una combinación de clima, suelo, agua y sudor sabio que da origen a algo de verdad excepcional, algo que encierra en su sabor la esencia misma del lugar donde se cría. Algo que ofrece a quien lo consume una experiencia única ligada de forma irreversible al sitio concreto donde nace el producto que la origina. Podrían sacarse, supongo, matas de tomate variedad Raf de Almería. Pero no sería lo mismo, porque el sabor del Raf es, en cierto sentido, Almería.

Es feo, el Raf; ya lo dijimos. Al cortarlo en finas rodajas desprende un aroma vegetal casi de alfalfa. Al espolvorearlo con cristales de sal su corazón pálido y nada homogéneo nos recuerda la naturaleza viva de la planta, su carácter vegetal. Bastan unas gotas de aceite de oliva virgen forman perlas verdes en la superficie; quizá una gota de aceto balsámico (del que fluye como alquitrán). En la boca cruje y explota, resistiéndose hasta el fin. y entonces, la recompensa. Bajo un aspecto poco atractivo, nada apetitoso y sin concesiones al gusto fácil; parapetado tras una imagen dura y reticente que se puede confundir con un provocador desdén, hay un tesoro.

Como la tierra de la que nace, el Raf es dulce, complejo, con aires de mar y sierra desierta, irresistible. Duro, sí, y no exento de esfuerzo, pero por debajo de su aparente falta de habilidad para satisfacer, por detrás de su superficie desdeñable hay un corazón que rebosa belleza y verdad. Almería, como el Raf que en ella se cría, no entra por los ojos, pero el esfuerzo de superar los prejuicios, de salirse de las convenciones, de evitar los tópicos, merece la pena. Por una vez la justicia está satisfecha; el equilibrio se obtiene. Estos feos de verdad son hermosos por dentro. De una hermosura que hay que vivir para creer.

José Cervera - Perogrullo.com

2 comentarios:

Paco Piniella dijo...

El tomate raf es una delicia, sí señor. (pero cara eh!)
Salud

webmaster tmarin dijo...

Salud compañero.
ay pero que rico...
Te visité y ha sido un placer lo que he leido y encontrar que tenemos muchos pensamientos en común.
Hasta pronto Paco.
Tere Marin