domingo, 17 de mayo de 2009

CALL CENTERS

¿Quién habla?, en formato pdf

En los call centers la mayoría de los trabajadores y trabajadoras son jóvenes o muy jóvenes. De hecho, es uno de los pocos lugares en Argentina donde hoy se consigue trabajo y por eso ser operador/a de un call center es el “primer” trabajo para cientos, o miles. Han nacido en 1983 o unos años después, generacionalmente son jóvenes que portan la marca de ser los “hijos de la democracia”. Sus infancias hiperinflacionarias fueron rápidamente olvidadas gracias a una adolescencia nutrida del desenfado menemista, con la convicción de una convertibilidad a toda prueba y una moneda que, aun ficticia, lo hacía todo posible. La difusión social de los colegios privados para la clase media y media baja, los cursos de inglés al por mayor para saciar el espíritu primermundista de esos años y las drogas baratas fueron parte del ambiente. En esta secuencia, el fin de la secundaria, la salida al supuesto “mundo adulto” de esta “clase 1983” coincidió con el colapso de 2001. Tal vez entonces, sintieron lo catastrófico que podía resultar el cruce entre una casualidad biográfica y los destinos del país (como lo sintieron alguna vez –más dramáticamente– los pibes de Malvinas cuando se preguntaban en las islas: “¿Por qué tendré la puta mala suerte de haber nacido en el 62?”). Para amortiguar esa memoria inmediata, el mundo “psi” ofreció sus servicios. La crisis de 2001 estalló en las calles pero también en las casas, en los cuerpos y en los cerebros de muchos. Las pastillas que unos años antes eran la sustancia para bailar toda la noche se convirtieron en órdenes recetadas para evitar el pánico y la depresión. Los de aquel diciembre tal vez no hayan sido días que conmocionaron al mundo, pero sí en los que emergió una nueva Argentina. Después de la fiesta, se vino el bajón. Sin embargo, el trabajo que se le ofrece desde entonces a la clase 1983 –y a las que le siguen– sabe sacar provecho de esa realidad vivida, de los restos de ese primermundismo insuflado y trunco. El trabajo de la Argentina devaluada, pos 2001, consigue explotar las cualidades generacionales de la ciudadanía nacida en la democracia. Y los call centers lo logran de maravillas cuando reclutan a una clase media y media baja socializada cuando las expectativas, sin dudas, eran otras.

(Del libro
:QUIÉN HABLA.Lucha contra la esclavitud del alma en los Call Centers.)

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