Debatimos junto a Enric Canet, sacerdote escolapio y director del Casal de niños del barrio del Raval de Barcelona; Octavi Sánchez, sacerdote y ex director de Radio Estel, la emisora del arzobispado... de Barcelona, y Carlos Sánchez, catequista de Madrid que denunció abusos a un menor, sobre el escándalo de los abusos que comentieron los sacerdotes irlandeses y los casos que se han dado en España.
fuente:
http://www.ivoox.com/abusos-sacerdotes-irlanda-espana-audios-mp3_rf_75984_1.html#
fuente imagen pedófilo C.Julio Grassi
CORDOBA | LUN 15 JUN | 07:09
Me avergüenza...
“Como sacerdote, me apena que se pueda llegar a pensar que porque el padre Grassi pertenece a la Iglesia Católica se le ha otorgado el beneficio de no ir a prisión”. Por Rafael Velasco, sj.
Rafael Velasco, sj Rector de la Universidad Católica de Córdoba(Argentina)
El reciente fallo del tribunal que condena al padre Grassi me llena de vergüenza. Como ser humano y como sacerdote.
Me llena de vergüenza, en primer lugar, que un sacerdote haya cometido esos delitos. No soy quién para señalar con el dedo a nadie, sin embargo lamento muchísimo lo ocurrido.
No debió haber ocurrido.
Lo lamento por las víctimas, que primero han sufrido los abusos y ahora han quedado con una extraña sensación, dado que si bien su agresor fue hallado culpable de dos de las 17 acusaciones (por lo tanto algo de justicia se ha hecho), se encuentran con que, a pesar de eso –de la gravedad del delito–, éste puede seguir concurriendo al lugar en el que ocurrieron los delitos y gozar de una libertad de la que no suelen gozar otros en casos semejantes.
Me avergüenza también porque, por lo general, cualquier abusador al que se lo condena, va directamente a prisión. Y esto da qué pensar: ¿ocurre que quien no tiene influencias ni exposición pública (y tal vez no tuvo ni para pagar un abogado) va a prisión, mientras que el que tiene recursos y pertenece a una institución con relevancia social puede ser beneficiado con la libertad hasta que la condena quede firme? Eso no es bueno.
Me apena como sacerdote, que se pueda llegar a pensar que “porque el padre Grassi pertenece a la Iglesia Católica se le otorgan esos beneficios”. No hace bien, porque hiere la confianza en la Justicia de tantos hombres y mujeres que buscan desesperadamente creer en las instituciones.
A partir de la experiencia de los últimos años, la normativa de la Iglesia referida a estos casos es muy severa. Confío en que, comprobados los hechos por la Justicia, se pongan en funcionamiento los mecanismos judiciales eclesiásticos que apliquen las penas previstas.
Finalmente, me apena y me avergüenza porque nuestra misión como sacerdotes es ser testigos de la compasión de Jesús con quienes sufren.
Algunos destacan que también Grassi ha sufrido y sufre. Necesita, entonces, que lo apoyen espiritual y anímicamente y que lo ayuden a revisar su conducta.
Pero las víctimas indefensas, los que no tienen voz ni nombre, deben ser nuestra primera preocupación y deberían ser, también, la principal preocupación de la Justicia.
- © La Voz del Interior
- http://www.lavoz.com.ar/nota.asp?nota_id=525526
- CECILIO MANUEL SALGUERO
- Licenciado en Comunicación Social
- Periodista Digital Cordoba Argentina
1 comentario:
Muy buen artículo. Lo de Grassi es tremendo, y peor aún lo de sus "fieles" que demostraron lo que representan gritando barbaridades de Estela de Carlotto, rompiendo banderas contra la pedofilia, etc.
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