Fuente:PERIÓDICO LIBERARCE
Artículo extraído de cubadebate 28 de julio de 2009
Por Lea del Pozo, El Público de España
Adolfo Pérez Esquivel (Buenos Aires, 1931) llega a la entrevista con sandalias y el pelo alborotado. El premio Nobel de la Paz en 1980 tiene la voz dulce y parece como si, para él, el tiempo no tuviera importancia y pudiese pasarse toda una vida hablando de lucha, de cambios y de esperanzas.
- Usted ha dicho que el golpe de Estado en Honduras no se habría podido producir sin el consentimiento de los estadounidenses. ¿No confía en el Gobierno de Barack Obama?
Creo que Obama es un hombre con buenas intenciones pero una cosa es llegar al Gobierno y otra cosa es llegar al poder. Creo que Obama fue el primer sorprendido con el golpe de Estado en Honduras. Pero si Obama no tiene posibilidades de cambio reales sobre la herencia de Bush será un Gobierno pésimo. Una cosa es el discurso y otra cosa es la realidad. Obama quiso cerrar la cárcel de Guantánamo y no pudo; quiso cerrar la de Abu Ghraib y no pudo. Obama gobierna pero no cambia las estructuras de poder. Hay que ayudarle.
- ¿Los otros gobiernos tienen que ayudarle?
- Pero los americanos sí creen que viven en una democracia real
No la tienen porque el gobierno real no está en los gobiernos sino en las empresas multinacionales, que son las que definen las políticas de los gobiernos.
- Hay quien dice que lo peor que le ha pasado a México es estar tan lejos de Dios y tan cerca de Estados Unidos. ¿Esto vale para toda América Latina?
Yo creo que Estados Unidos es una espina clavada en América Latina. Históricamente, Estados Unidos ha considerado América Latina como su patio trasero, como su territorio y no permite que nadie se meta allí. Y eso es peligroso. Hay tres grandes ejes que Estados Unidos ha establecido para América Latina: el Plan Puebla Panamá, el Plan Colombia y la triple frontera, las bases militares norteamericanas que están en Paraguay y las fronteras de Brasil y Argentina. Las bases en Paraguay están a 200 kilómetros de la frontera con Bolivia y esto está generando una situación preocupante, y más con los gobiernos emergentes que quieren tener voz propia.
- Desde Europa muchas veces se tacha a Hugo Chávez o a Evo Morales de líderes populistas y poco serios.
- Pero son gobiernos muy personalistas y puede que a veces Europa no entienda su manera de actuar.
- Pero, ¿por qué todo giraen torno a la figura de un único líder?
- ¿Y de Evo Morales?
- Usted dice que hay que plantearse un nuevo contrato social.
- ¿No es esto una utopía?
- ¿No está cansado, no se le agota la capacidad de luchar? ¿De verdad cree que las cosas cambian?
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