jueves, 13 de agosto de 2009

LA MAQUILADORA


Os invito a conocer el blog LA MAQUILADORA del que para hacer boca os traigo este artículo .Yo es que siento debilidad por quién usa la pluma con ironía como si fuera un estilete cortante.(T.Marin)

FUENTE de texto e imagen
http://lamaquiladora.blogspot.com/

PATRIA SI, COLONIA NO

por Mariano Abrevaya Dios
  • "La condescendiente periodista de radio AM Belgrano le preguntó a Hugo Biolcati si en el discurso que daría en pocos segundos para inaugurar oficialmente la 123 Exposición de Ganadería y Agricultura, haría referencia a la reunión que la Mesa de Enlace había mantenido con el gobierno nacional el día anterior: “el discurso tendrá un tono principista”, declaró, seco, “el resto está en los diarios”.
  • Habíamos logrado colar con mucha perseverancia por uno de los codos de la platea lateral del predio ferial. Eran las once de la mañana, el sol tostaba los rostros recién afeitados de los hombres con chaquetas de gamuza y los perfiles sombreados de las mujeres con pañuelos de seda al cuello. La expectativa por el discurso que daría uno de los caciques del partido agrario flotaba en el aire con la misma densidad que el olor a bosta que nos había envuelto como una nube de moscas desde el momento que traspasamos la puerta. Sobre la arena del patio central habían desfilado caballos, bailarines, gauchos, carruajes y hasta indios montando a pelo con pelucas y lanzas en las manos. En las plateas no faltaban las banderas con consignas contra el oficialismo, cartulinas escritas a mano del tipo ¡Bragado presente! y, claro está, los colores patrios hasta en los termos para el mate. Mauricio Macri, Alberto Rodriguez Saa, Francisco De Narváez, empresarios, dirigentes rurales de segunda línea y hasta Lita De Lazzari, ocupaban los asientos preferenciales.
  • El emocionado y orgánico locutor, antes de pasarle la palabra al presidente de la SRA, leyó una carta de puño y letra de un incondicional amigo de la casa que no había podido asistir: Julio Cobos.
  • Vestido con un impecable y pesado sobretodo oscuro, saco, camisa y corbata, lentes y el pelo prolijamente engominado, Hugo Biolcati se paró frente al atril y, luego de recibir una ovación que duró varios minutos, leyó durante casi media hora un discurso cargado de citas, ironías, golpes bajos, definiciones políticas y, por supuesto, principios. Invocó la palabra patria en más de cincuenta oportunidades y mostró una profunda preocupación por la situación de pobreza y exclusión a la que están sometidos millones de argentinas y argentinos.
  • Habíamos ingresado al predio hacía un rato después de pagar quince pesos y hacer fila al mejor estilo cancha de fútbol: apretados y a los empujones. Una vez que el sobrepasado empleado de seguridad nos pasó el ticket por el molinete nos confundimos entre las cientos de personas que paseaban por los pasillos y stands de la feria: gauchos con facón y alpargatas, productores del interior con pelo rubio y cachetes colorados, nenes con pantalón de lona y botas altas, vianudos del brazo de su mujer, estudiantes de facultades privadas con un blackberry en una mano y un matelisto en la otra; también un heterogéneo número de familias que cada año, ajenas –o no- a la coyuntura política nacional, se da una vuelta por el tradicional paseo para sentirse parte de un espectáculo campestre que incluye vacas, chacareras y mucha argentinidad. Se podía apreciar –pero nunca tocar- acoplados y embolsadoras de granos, electrificadores de alambre y madereras, autos y camionetas último modelo, bonitas promotoras en pose, periodistas de cuarta haciendo radio en vivo para su multimedio, ropa de cuero y hasta restaurantes para comer al sol carne de exportación.
  • Hugo, para arrancar, se apropió de un pasaje del Martín Fierro: "Olvidar lo malo también es tener memoria", y a nuestras espaldas se desató el primer ¡viva! con los puños cerrados y en alto. A los plateistas que teníamos a nuestras espaldas se les erizó la piel cuando el lector nombró a próceres de la talla de Manuel Belgrano, José de San Martín o Domingo Faustino Sarmiento, “hombres que fundaron y construyeron esta nación sin necesitar superpoderes”, y casi se ponen a llorar de la emoción cuando el mismo lector, con el brazo en alto, advirtió que "el campo dejó de ser una mansa vaca lechera que se deja ordeñar para cubrir el costo de la ineficiencia y de las políticas equivocadas".
  • El conflicto con el gobierno nacional durante el 2008 por las retenciones a la soja –cuyo icono, al finalizar, podríamos encontrarlo en aquella fotografía de los cuatro jinetes saltando de algarabía y destapando un champagne -, sumado al resultado de las elecciones del 28 de junio pasado, ahora, en plena exposición rural, bajo el sol de invierno palermitano, flotaba en el aire con un marcado machista espíritu de cuerpo.
  • Otra declaración que levantó las vivas del público fue que “el Estado ha sido un predador insaciable”. Por eso, quizás, cuando el lector de lentes sacó de la manga su siguiente carta tomó desprevenido a más de uno –incluidos nosotros-: “¿por qué el 27 por ciento de los argentinos padece hambre cuando el campo argentino es una enorme fábrica de alimentos?". Nosotros nos codeábamos por lo bajo mientras mirábamos con incomodidad como en la cara del hombre con boina colorada que estaba a nuestro lado se dibujaba una tensa expresión de fastidio.
  • Visiblemente conmocionado ante la falta de justicia social en nuestro país, Hugo aseguró que "no debería existir un solo niño pobre en la Argentina", y que “el campo tiene un programa para terminar con la pobreza". Contó que dicho programa no incluye dádivas ni clientelismo político y que apuesta a la generación de empleos para lograr una mejor distribución de la riqueza. A su derecha, el presidente de Federación Agraria, Eduardo Buzzi, quien participaba por primera vez de una inauguración en la Rural, se rompía las manos aplaudiendo.
  • El histórico y combativo discurso de la Sociedad Rural terminó con una arenga que, por lo que observamos, le generó un tímido desconcierto a más de uno: "¡Basta de pobreza, injusticia y exclusión!". Todo el mundo de pie, aplausos, papelitos tipo mundial 78 y los cuatro referentes de las patronales rurales aprestándose a cortar la cinta con los colores azul y blanco que dejaría inaugurada la nueva muestra del agro. El grito que bajó del palco, y contagió a las cuatro plateas, fue contundente y arrollador: "¡viva la Patria!".
  • Cuando logramos hacernos paso entre el gentío que intercambiaba pareceres a los besos, nos encontramos a una colega de un diario que andaba tan perdida como nosotros: una caricia al alma. Recorrimos con ella unos metros hasta llegar a un corralito levantado para los medios. Allí, en esa explanada, mientras fumábamos un cigarrillo y nos palmeábamos la espalda, la gente se sacaba fotos con el presidente de la SRA, ancho y orgulloso, mientras los noteros de las radios y televisión hacían fila para sacarle una nueva declaración de principios.

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