sábado, 2 de enero de 2010

El imperio prepara el terreno.



fuente imagen Pocos días atrás ha visitado el país un “latino”, el diplomático Arturo Valenzuela, enviado personal del Presidente Barack Obama. Su misión fue señalar expresamente la inquietud de Estados Unidos sobre “la falta de seguridad Jurídica” en la Argentina, como lo destacaron los medios. ¿Ese será el pretexto para

“justificar” un zarpazo?

  • ¿Qué temen en Washington?
  • ¿Qué el gobierno sostenga la nacionalización de ANSES, evitando que el dinero de los jubilados criollos se utilice solo en beneficio de las multinacionales del colonialismo?
  • ¿Desea evitar que los gobiernos legítimos y populares de la UNASUR planteen en conjunto la ilegalidad de la deuda externa contraída por dictaduras corruptas, lo cual les haría muy difícil aplicar sanciones continentales?
  • ¿Que los argentinos piensen preservar los recursos energéticos, bosques, glaciares, acuíferos. etc. ni que pongan en vereda a los ilegales gringos terratenientes que amenazan la soberanía nacional?
  • ¿Que continúen creciendo las protestas populares contra depredaciones de la riqueza pesquera y de empresas mineras en acelerado saqueo y envenenamiento del medio ambiente?
  • ¿Que se puedan nacionalizar bancos piratas extranjeros en el país, que usan el ahorro criollo para manipularlo por medio de delictivos paraísos fiscales? ¿O solo pueden estatizar los yanquis y sus socios de la Unión Europea, como siguen haciéndolo en la actualidad?
  • ¿Porqué el enviado imperial ocultó al embajador argentino en Washington Héctor Timerman, el tema de la “seguridad jurídica” en su agenda cuando le detalló otros puntos menos importantes?
  • ¿Por qué Arturo Valenzuela dedicó tanto tiempo en citas con partidos menores y no pidió la opinión de las cabezas del Justicialismo y la Unión Cívica Radical? ¿Cómo no habló tampoco con la CGT? ¿Mal que mal, los 3 entes, no son referentes de la realidad nacional?

Lo más curioso del proceder del enviado es la impresión dejada de que el principal objetivo de su viaje hubiera sido el brindar “chapas” de potables a ciertos personajes y círculos del país, dejando a los excluidos de su agenda sin bendiciones para aspirar a algún futuro político. Pareció no conocer los resultados de similar accionar de otro “diplomático” que llevó al pueblo argentino a sintetizar sus sentimientos en solo una docena de letras: “Perón o Braden”.

(Enrique Oliva)


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