domingo, 18 de julio de 2010

Psicosis mass media para imponer golpes de Estado.


Semiótica de los métodos old fashion y del golpismo new age
Rebelión /Fundación Federico Engels/Universidad de la Filosofía Operación “crispación” También en Argentina, como si acabaran de llegar al planeta tierra, las pandillas mediáticas repiten, con histeria prefabricada, su horror moralista ante el incremento de la “inseguridad”, la “delincuencia” y “crimen organizado”. Alzan la voz incluso los “famosos” de la tele para exhibir su indignación de clase cronometrada y dramatizada antes de dar paso a los anuncios publicitarios. Venden seguros anti robo, puertas blindadas, pistolas, balas y todo tipo de fetiche capaz de inspirar tranquilidad a los apetitos fascistas de los burgueses asustados. Además, la escalada opinológica de las farándulas mass media pone en marcha su personalista habilidad para distorsionar la realidad y usarla como ariete político. La ultraderecha cree que ella sabe mejor que nadie como “controlar” la delincuencia y saca a relucir sus tesis, añejas, y bobaliconas, reductibles a la “mano dura”. Sus propuestas nuevas son los viejos métodos represivos. Las coincidencias burguesas son sospechosas De un canal a otro, de una radio a la siguiente, en las páginas de los diarios y en sus blogs horrorizados, la oligarquía mediática latinoamericana despliega sus lamentos moralistas como plañidera tarifada en defensa de la “paz”, la “tranquilidad”, “propiedad privada”, en defensa de sus bienes y sus patrimonios y en defensa de su “autoridad” –improbable- para hablar en contra de la “violencia”. Es la misma derecha que financió horrores como Pinochet, como Videla... como Micheletti... la que llora lágrimas de cocodrilo por la “delincuencia” que se ha “desatado”. La derecha recalcitrante que guarda silencio celoso, y cómplice, con las bases militares yanquis en Colombia. Esa misma derecha mass media, que ha vuelto mercancía jugosa los actos delictivos, la que se solaza hasta la nausea repitiendo mañana, tarde y noche los detalles más morbosos de los asaltos, los asesinatos, los secuestros y los episodios del narcotráfico continental.
Los causantes de la crisis lloran asustados mientras responsabilizan a los “delincuentes” pobres
Las condiciones objetivas de miseria y barbarie, que sofocan a la clase trabajadora, son obra de las burguesías explotadoras que hoy reprimen toda expresión de malestar social ocurra donde ocurra. Su arma estratégica predilecta inflama, con mass media, una “opinión pública” a modo para crear condiciones subjetivas con ambigüedades a granel. Está de moda alentar “psicosis colectivas” fabricadas por los opinólogos y los payasos de la tele que han endurecido sus reclamos con retóricas fascistas de todo tipo. Quieren “mano dura”. Como siempre y como nunca. Tal cual hizo Bush con el pretexto del “terrorismo”.
Formas viejas reloaded para desestabilizar y apresurar “cambios” regresivos
Alaban su “democracia” para reprimir las expresiones democráticas de los trabajadores. El modus operandi de las oligarquías, disfrazado con legalidad golpista, calienta las calles con animosidad desestabilizadora mientras se bañan con pureza demagógica apelando a su evangelio de democracia burguesa. Una y otra vez se ha visto esta trampa. Mientras tanto millones de personas arrojadas al abandono más absoluto viven en la desesperación y en la injusticia. Quieren que Cristina salga pronto, quieren sacar rápido de Chávez, quieren obviar la presidencia de Correa y quieren que Evo se vaya rapidito. Y quieren que Fidel se muera pronto. Y están dispuestos a pagar por ello.
Una guerra de significados para invisibilizar las verdaderas intenciones burguesas
El capitalismo es por definición la “inseguridad” misma. Es por definición corrupto, es por definición violencia y es por definición depredador de la humanidad. Las personas son mercancía, la acumulación del capital produce condiciones de existencia bárbaras, obliga a los más débiles a una sobrevivencia extrema y supedita la moral al lucro, al dinero parasitario y a la violencia contra quien no quiera un modo de vida así. El capitalismo es el colmo de los absurdos, de las mentiras y de la hipocresía. (LEE MÁS)

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