Evo, Premio Nobel
Opinión
Por Carlos Camargo Ticona
He leído la columna del Periódico El Nuevo Día “Mirando de abajo: Muertos de cansancio”, del martes 5 de junio; lo he vuelto a leer y lo he releído, pero nunca terminé de entenderlo, las voces que escucho detrás de las letras son de una persona cansada, agobiada, desesperada, casi diría pobre ciudadano, ¿dónde vive?, lejos de esta nueva Bolivia.
Recuerdo que neoliberalismo es sinónimo de individualismo, de venta de recursos del Estado a empresas transnacionales, del pensar que otros pueden hacer mejor las cosas que nosotros. Del enriquecimiento de algunos en desmedro de todos. Recuerdo las transmisiones en vivo del canal Estatal de la apertura de sobres para la venta de ENTEL, YPFB y otros centenares de empresas, premio Nobel a los ex ministros de capitalización, presidencia o al ex presidente, que en buena hora dilapidaron nuestros recursos. Hoy trabajando en las multinacionales a las cuales favorecieron.
Un profesor me enseñó que una forma de corrupción es la “puerta giratoria”, yo te ayudo ahora, pero me contratas mañana. Me pregunto, ¿cuántas personas que ayudaron en el período de la capitalización ahora trabajan en estas multinacionales?
Recuerdo que tenía seis años cuando conocí el estadio Hernando Siles, pero no fue para jugar un partido, ahí tuvimos que dormir con mis papás porque a las 10 de la noche nos pescó el ‘toque de queda’, tratábamos de comprar una cocina con el primer sueldo de mi padre, si no me equivoco era en la época de la DICTADURA de García Meza; así como yo durmieron ésa y otras noches muchas familias y miles de niños durante muchos meses.
Una noche mi hermano se enfermó y en pleno toque de queda mi madre valiente y yo salimos rumbo al hospital, las calles vacías, llenas de soldados, tal fue mi asombro al pasar por la avenida 6 de Agosto y ver cómo camiones del Ejército, parecidos a mis juguetes cargaban quintales de harina y azúcar, y me preguntaba porque nosotros teníamos que ir a las 5 de la mañana a recibir fichas para 10 panes para todo el día, porque había esa diferencia.
El aroma ha cambiado, ¿de dictadura habla?, ¿de neoliberalismo? Mire, Amartia Sen habla muy claramente de dos tipos de pobreza, la real (monetaria) y la de participación, la segunda tanto más importante que la primera. En qué consiste esto, en que una persona cuando menos recursos económicos cuenta, menos grado de participación tiene en la gestión pública, en las decisiones que se involucra.
A qué viene esto, dirá usted. En el discurso inaugural de la 42° Asamblea General de la OEA el presidente Evo Morales habló de la Rendición de Cuentas y pidió a las organizaciones sociales pedir rendiciones de cuentas a los ministros, a los alcaldes a los gobernadores, en fin, a toda autoridad pública. Este llamado, no sólo hace reafirmar la transparencia del Estado, sino consolidar las Rendiciones públicas de Cuentas que se vienen desarrollando desde el año 2008.
La Rendición de Cuentas con Control Social es hoy una política pública de este Nuevo Estado Plurinacional; más de un 60% de las entidades realizan este proceso, según información de la entidad competente, durante toda la gestión, incluidos muchos alcaldes municipales. El otro día me enteré que una universidad estaba invitando a su rendición de cuentas, ¿la universidad? Dije, qué momento para el país, para el pueblo boliviano, que tenga más tiempo de participar, de poder emitir su opinión, el Presidente dice “mandar obedeciendo”.
Los que estamos en las ciudades y salimos al campo, no a la Casa de Campo ni a la Casa del Camba, que sirven comida muy rica, sino a las comunidades, a las centrales agrarias, a los municipios rurales, y conversamos con las personas y con los dirigentes, podemos sentir ese cambio, sino les invito ir a las escuelas de Entre Ríos en Cochabamba, o a sus nuevos mercados, casi supermercados, hecho por alcaldes dirigentes, no por alcaldes de Harvard. Autoridades que trabajan preguntando a sus bases, a los ciudadanos, y no con recetas internacionales o a esos levantamanos.
Por eso, reafirmo, Evo Premio Nobel, por habernos sacado del pozo, darnos la dignidad de ser bolivianos, indios aymaras, quechuas y muchos otros tantos.
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