POR LA LIBERTAD DE MI TIERRA...(B.S.)
India natural de la comunidad de Q’ara Qhatu, naciste el 12 de Agosto de 1750 y fuiste nuestra mas valerosa guerrera aymara, tus padres fueron José Sisa y Josefa Vargas.
Te dedicaste al comercio de la hoja de coca y de los tejidos nativos, desplazándote por nuestros ayllus altiplanicos y yungeños examinando nuestro sometimiento y opresión causados por el rac
ismo colonial y clerical foráneo.
Así, fuiste tomando conciencia, para asumir con gran convicción tu puesto de comandante político-militar por tu capacidad de tomar las decisiones más apropiadas en el momento oportuno, en la lucha por la emancipación de nuestras comunidades.
Así, el 2 de julio cuando te dirigías al campamento de Pampajasi, en el camino, tus mismos acompañantes te traicionan y te entregaron al cruel Flores tras una emboscada concertada y te llevan a La Paz, allí te torturaron, tras ser recibida con piedras e insultos y Segurola te deja con vida, solo para utilizarte como carnada para capturar a Tupaj Katari.
Después de despedazar a tu esposo el 14 de Noviembre de 1781, el 5 de Septiembre de 1782, se cumple esta sentencia colonizadora: "A Bartolina Sisa Mujer del Feroz Julián Apaza o Tupaj Catari, en pena ordinaria de Suplicio, que sea sacada del Cuartel a la Plaza mayor atada a la cola de un Caballo, con una soga al Cuello y plumas, un aspa afianzada sobre un bastón de palo en la mano y conducida por la voz del pregonero a la Horca hasta que muera, y después se clave su cabeza y manos en Picotas con el rótulo correspondiente, para el escarmiento público en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampajasi donde estaba acampada y presidía sus juntas sediciosas; y después de días se conduzca la cabeza a los pueblos de Ayo-ayo y Sapahagui en la Provincia de Sica-sica, con orden para que se quemen después de un tiempo y se arrojen las cenizas al aire, donde estime convenir".
Y esta sentencia insobornable la cumplieron tus verdugos con gran eficiencia y retocaron tu martirio con flagelos, violaciones y puntapiés para regar esta tierra que tanto amaste con un inmenso charco de sangre, te exhibieron desnuda sobre un burro en la plaza colonial, hoy llamada "Plaza Murillo" y fuiste ahorcada y descuartizada, exhibieron tu cabeza en Jayujayu-Marka clavada en la punta de una picota, "para escarmiento de los indios", decían tus verdugos, y tus extremidades fueron enviadas a Tinta-Marka, una comunidad situada en la actual república del Perú y a distintos lugares de los ayllus y caminos donde luchaste, por nuestros legítimos derechos por ser naciones originarias. Este vano intento por ocultar tu espíritu soberano e independiente, vive aún vigente y palpitante en la memoria colectiva de tu pueblo, en nuestra raza y en nuestra sangre que ofrendamos año tras año, para decirte que te hallas en medio de nosotros aún.
La jauría entrenada por siglos para mantenernos en la servidumbre y en la sumisión lentamente se desmorona, mientras nosotros proclamamos que tu inmolación será la piedra fundamental con la que edificaremos nuestro gobierno.
¡JALLALLA KULLAKA BARTOLINA SISA!
Así, fuiste tomando conciencia, para asumir con gran convicción tu puesto de comandante político-militar por tu capacidad de tomar las decisiones más apropiadas en el momento oportuno, en la lucha por la emancipación de nuestras comunidades.
Así, el 2 de julio cuando te dirigías al campamento de Pampajasi, en el camino, tus mismos acompañantes te traicionan y te entregaron al cruel Flores tras una emboscada concertada y te llevan a La Paz, allí te torturaron, tras ser recibida con piedras e insultos y Segurola te deja con vida, solo para utilizarte como carnada para capturar a Tupaj Katari.
Después de despedazar a tu esposo el 14 de Noviembre de 1781, el 5 de Septiembre de 1782, se cumple esta sentencia colonizadora: "A Bartolina Sisa Mujer del Feroz Julián Apaza o Tupaj Catari, en pena ordinaria de Suplicio, que sea sacada del Cuartel a la Plaza mayor atada a la cola de un Caballo, con una soga al Cuello y plumas, un aspa afianzada sobre un bastón de palo en la mano y conducida por la voz del pregonero a la Horca hasta que muera, y después se clave su cabeza y manos en Picotas con el rótulo correspondiente, para el escarmiento público en los lugares de Cruzpata, Alto de San Pedro, y Pampajasi donde estaba acampada y presidía sus juntas sediciosas; y después de días se conduzca la cabeza a los pueblos de Ayo-ayo y Sapahagui en la Provincia de Sica-sica, con orden para que se quemen después de un tiempo y se arrojen las cenizas al aire, donde estime convenir".
Y esta sentencia insobornable la cumplieron tus verdugos con gran eficiencia y retocaron tu martirio con flagelos, violaciones y puntapiés para regar esta tierra que tanto amaste con un inmenso charco de sangre, te exhibieron desnuda sobre un burro en la plaza colonial, hoy llamada "Plaza Murillo" y fuiste ahorcada y descuartizada, exhibieron tu cabeza en Jayujayu-Marka clavada en la punta de una picota, "para escarmiento de los indios", decían tus verdugos, y tus extremidades fueron enviadas a Tinta-Marka, una comunidad situada en la actual república del Perú y a distintos lugares de los ayllus y caminos donde luchaste, por nuestros legítimos derechos por ser naciones originarias. Este vano intento por ocultar tu espíritu soberano e independiente, vive aún vigente y palpitante en la memoria colectiva de tu pueblo, en nuestra raza y en nuestra sangre que ofrendamos año tras año, para decirte que te hallas en medio de nosotros aún.
La jauría entrenada por siglos para mantenernos en la servidumbre y en la sumisión lentamente se desmorona, mientras nosotros proclamamos que tu inmolación será la piedra fundamental con la que edificaremos nuestro gobierno.
¡JALLALLA KULLAKA BARTOLINA SISA!
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