miércoles, 3 de julio de 2013

Caminando para delante

 

Son las 7 de la mañana del 3 de julio. Un soleado día de mierda. Mal día para dejar de fumar. En la casa no dormimos. Estamos pendientes de lo que pasa en el avión del presidente.
No es original. En muchas casas del mundo (sabemos) pasa lo mismo.

Quería escribir pero recordé una frase de mi buen amigo y maestro Oscar Taffetani: “nunca escribas cuando estés enojado. No es bueno”. Así que aquí estoy, haciendo de nuevo lo que no se debe. El problema es que solo se me ocurren frases.

Por ejemplo: somos la pulga en la oreja del mundo. Somos el nuevo centro de la política mundial. Somos nosotros, los ex jodidos. Ahora se joden ustedes. Les toca. Vamos a seguir caminando para delante. O como dicen mis amigos cubanos: ”p’atrás, ni p’a coger impulso!

Intento un análisis más objetivo sobre Francia, Italia, España y sus amiguitos de la OTAN. Podría hacerlo, pero el humor me arruinó el primer café de la mañana y en el aire suena Madredeus y me salta una mala pregunta: ¿Portugal? Jodido por la Unión Europea y por Estados Unidos, a punto de desaparecer con sus fados, sus mujeres tímidas, sus vinos amaderados y sus puertos. Claro que me salta la frase: ”Bruto, ¿tú también?”
Saco a Madredeus y pongo a Gieco: Cinco siglos igual. Abro el diario y leo a algunos opositores. Pobre gente. Si no entienden lo que pasa en nuestros países, sería una crueldad pedirles que entiendan lo que pasa en el mundo, de golpe se les da por intentarlo y tenemos una epidemia de cuadriplegia producto del esfuerzo.

Llaman amigos de mis otros países con tres preguntas que parecen calcadas: ¿qué pasa? ¿qué sabes? ¿qué hacemos? Aurelio Rocha de Brasil, Carlos Girotti de Buenos Aires. El Pano de Nicaragua, otros…

Pienso en la relación patológica de los torturados con sus torturadores, de los espiados con su espiador. Pienso en mi abuelo, un catalán perseguido por Franco y me lamento honestamente por los europeos decentes que deben estar puteando su rumiada vergüenza en algún bar, en alguna cocina, frente a algún televisor en la oscuridad de la casa que seguramente huele a café o a gas lacrimógeno.

Mi presidente se niega a que le revisen el avión y recuerdo al Che:’’ al enemigo no hay que cederle ni tantito así’’. Estados Unidos, con la cobardía guerrera que lo caracteriza no se pronuncia. Ordena que lo hagan sus torturados, que viven en el patio trasero llamado Europa, que como dijo alguien, tiene más de trasero que de patio.

El Vice dice: El presidente Evo está secuestrado en Europa.

Europa, la vieja dama autofágica que se comió a su madre, Grecia, a cambio de una deuda. Recuerdo “Las Satrapias” de Neruda y hago una traducción, así que el certero y visionario poema me queda en versión Mercado Común.

Tenía razón Oscar, no se puede escribir cuando estás enojado. No se pueden hilvanar ideas. Solo que me gustaría saber que van a decir ahora, los que disparan: ”¡y dale con el discursito del imperio!”. Roedores de las banderas conquistadas…

Decía, de Francia Y España no me asombra, por allí pasaban los aviones de los no-condenados a muerte, camino a Guantanamo, mientras esos gobiernos miraban para otro lado o decían ‘chau’ con la manito desde el techo de la Moncloa.

Creo firmemente que Sur America y el Caribe se enfrentan a un momento de inflexión estratégico histórico inevitable. UNASUR, ALBA, CELAC, MERCOSUR, podríamos sancionar a Europa y a Estados Unidos cortando el envío de petróleo y alimentos. Deberíamos despedir a los embajadores de estos países Europeos y convertir la embajada de Estados Unidos en el edificio sede de UNASUR. La cagada es que nos lo van a dejar llenos de micrófonos, pero con lo que nos ahorramos de construirla en Cochabamba, lo contratamos a Snowden para que nos haga la contrainteligencia. ¿Cuál es el problema? Ellos se cagaron en la convención de Viena y pusieron en riesgo real la vida de nuestro presidente. Si nos cagamos en ellos es apenas una retribución de atenciones. Eso se llama “diplomacia de los pueblos”.

No es difícil de pensar la historia con solo cuatro datos: no le perdonaron nunca a Haití, ser el primer país independiente. No le perdonaron nunca a Cuba su independencia. No le perdonaron nunca a Chávez su Caribe puro en la noche de “váyanse a la mierda yankys de mierda”. Y nunca nos van a perdonar a nosotros, hacerle a Estados Unidos, lo que ellos le hicieron a Inglaterra.

Otro cigarro y van seis, mal día para dejar de fumar. Claro que es peor día para ser embajador de Francia en Bolivia.

Decía: claro que no nos van a perdonar. El Evo se plantó. Dijo lo que tenía que decir, hizo lo que tenía que hacer, no lo pudieron encerrar ni con amenazas, ni con acciones, ni con embajadores astutos. Solo lo pudieron trampear en el aire, adentro de un avión al que se le acababa la gasolina en territorio de la OTAN. Y también salió de allí, como todo lo que hizo en la vida: caminando para delante.

Fabián Restivo

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