miércoles, 9 de octubre de 2013

Una mirada responsable al nuevo Papa

Fuente de la información

Stella Calloni
22.03.2013
Queridos compañeros:
Nunca como en estos tiempos la izquierda tiene que ser seria y responsable.
Es muy buena la nota de Vicky Peláez, a quien respeto mucho, pero como está lejos seguro no se enteró de la falsedad de algunas informaciones que circulan hoy como verdades.
Esto es una llamada de atención. Otra fotografía con Videla, tampoco es Bergoglio se lo confunde con otros religiosos. Lo malo es que es asombrosamente visible que no es Bergoglio.
Nosotros no podemos decir lo que nadie ha dicho aquí. Bergoglio no fue acusado por el robo de bebés durante la pasada dictadura. Fue citado como testigo en un caso muy especial y como testigo declaró.
Nunca ha sido citado como acusado en una causa. Uno de los sacerdotes jesuitas que menciona el periodista Verbitsky, el padre Jalics acaba de enviar una carta donde dice que él ha hablado largamente con Bergoglio y que han celebrado una misa juntos. Para mí dice “es un caso cerrado”. Sostiene el Premio Nobel de la Pas, Adolfo Pérez Esquivel, que sí conoció a Bergoglio: “Nunca fue un entregador. Si algo se podría reprochar es la falta de acción de la Iglesia en su conjunto de cúpula para defender a los religiosos perseguidos, al pueblo perseguido”.

Entonces no es necesario usar nada de este tipo de situaciones en las que no hay pruebas concretas para desacreditar al Papa actual. Simplemente creo que si somos verdaderamente de izquierda debemos rechazar estas prácticas que tanto criticamos en la derecha. Hay mucha intoxicación informativa en las redes
sociales y hay falsedades y mentiras a veces a grado de escándalo. Es urgente y necesario que nuestros planteos sean seriamente políticos, ideológicos. Es lamentable que la izquierda esté a la espera de ¿qué va hacer el papa? Simplemente tenemos que preguntarnos qué vamos a hacer nosotros. Porque somos
nosotros, estos que nos dividimos en pedazos por vanidades, egocentrismos, intolerancias impensables en un verdadero hombre de izquierdas, los que debemos pensar qué vamos a hacer.
En el período histórico donde hace falta toda la mejor inteligencia de izquierda, nos estamos dedicando a destruirnos entre nosotros, en el mejor de los casos, porque en el peor que está sucediendo: estamos ayudando mucho al enemigo que viene por nosotros.
No es posible que se hable de todo con tanta liviandad. Hay que preguntar. Hay que tener pruebas de lo que se dice o al menos una constatación seria. Hay reacciones que a veces ni siquiera tienen una razón ideológica sino un enfrentamiento personal, un encono o una obsesión. Nosotros, si somos serios,
consecuentes y verdaderamente mejores seres humanos, “hombres nuevos” que debemos ser como decía el Che, no podemos falsear la realidad, porque nos conviene partidaria o ideológicamente. Nada conviene más que la verdad, Nada enseña más a una creación teórica dialéctica, siempre renovada, enriquecida,
que la realidad.
Simplemente compañeros les pido que reflexionemos sobre lo que nos está pasando. En el momento en que tenemos que estar más unidos que nunca, estamoscavando pozos para desmoronar gobiernos, junto a la derecha, tirando el muro sobre nuestras cabezas, en lugar de ser si es necesario una oposición clara,
consciente, crítica pero decente. Decente en nuestras apreciaciones, comentarios. Y mientras tanto no estamos construyendo nada, no estamos construyendo alternativas.
En los últimos tiempos, ha habido críticas absurdas de alguna izquierda a Venezuela, a Cuba, a otros gobiernos. Se hace como desde una izquierda radical, que termina caminando por las calles de América Latina con la derecha. Estamos viendo en Argentina, que algunos sectores que se declaran revolucionarios y de izquierda se alían con las más enconada y brutales derechas. Eso no puede ser. Se puede ser opositor a un gobierno, pero un opositor de izquierda debe hacer críticas constructivas. NO convertirse en un traidor a sus ideas y principios para ganar como sea. Es mucho lo que hay que hacer, en principio pelear con
convicciones, pero con verdades, con ideología no con falsedades que nos hacen daños a todos los que queremos un mundo nuevo.
Si un gobierno hace alianzas con sectores de derecha, por ejemplo, ¿cómo puede ser una respuesta de una izquierda crítica hacer lo mismo?
Hemos perdido la brújula de la estrategia necesaria y llega un Papa, que les resulta a muchos analistas de bolsillo “un peligro”, porque auténticamente ha trabajado en villas miserias, con los pobres, denunciado la pobreza una y otra vez, en todos los gobiernos. Lo hizo en silencio y ahora muchos lo descubren. Y
así fue. Aunque no pueda gustarnos. Y por supuesto que con los pasos que va dando es seguro que recuperará mucha gente para su Iglesia. Y seguramente le temen los que no son capaces de caminar nunca junto a los pueblos, los que dicen amar a Cuba, a Fidel a Venezuela, a Chávez, pero nunca se acercan a tocar los dolores de sus pueblos, como ambos hicieron.
Chávez nos ha dejado un ejemplo de cómo se trabaja con los pueblos con “la masa”, palabra que por cierto quita belleza a lo colectivo. ¿Qué tal si empezáramos por ser un poco más humildes y respetuosos de los otros? ¿Qué tal si nos despojamos de la idea de ser siempre ganadores como si
estuviéramos en la peor competencia capitalista? ¿Qué tal si ganamos compañeros por el ejemplo, la conciencia y no por consignas vacías?, ¿qué tal si dejamos de hacer creer que somos los verdaderos representantes del pueblo, cuando el pueblo que decimos representar no nos conoce?
Son otras armas las nuestras, no la desacreditación, la acusación grosera y grotesca. No la mentira o la desinformación. Tenemos cómo hacerlo. Empecemos nosotros también el cambio para enfrentar con responsabilidad los desafíos del futuro. Con responsabilidad y respeto por nosotros mismos.
Un abrazo,
Stella

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