viernes, 25 de mayo de 2007

Todos bajo un mismo cielo.




Todos bajo un mismo cielo.
Diálogos entre la cultura católica, judía y musulmana.
Ricardo López Dusil.
capítulo-4-

Cambiaron los paradigmas. Aunque en las sociedades occidentales
permanecen vivos los rastros de siglos de antisemitismo,
hoy parece ser más difícil ser musulmán que judío. La asociación,
a veces deliberada y otras por ignorancia, de terrorismo e
Islam, pone a todo un colectivo de más de mil millones de personas
bajo sospecha. Aunque la islamofobia todavía no se manifiesta
en la Argentina, es una realidad que requiere reflexión.
Los delitos no los cometen las creencias, aunque se las invoque
para cometerlos, y los castigos deben ser dirigidos a los individuos
y nunca a los pueblos como tales. Hoy está claro que el
antisemitismo no es una opinión sino un acto de discriminación
punible por la ley; pero ese salto cualitativo en el pensamiento
de la humanidad no tiene todavía su correlato cuando
se trata de atacar las creencias de musulmanes e inclusive de
católicos.
PREGUNTA: Así como hubo en el pasado cierto antisemitismo,
¿ahora es mucho más fácil ser judío que ser musulmán? ¿Ustedes
piensan en el diálogo que desarrollan que con estas cuestiones
relativas al “terrorismo islámico” se puede despertar una
corriente de islamofobia en algún momento?
ABBOUD: Islamofobia no es una palabra que utilicemos nosotros,
ni que esté incorporada en el lenguaje de los argentinos.
No hay un miedo específico al Islam ni a sus fieles porque los
musulmanes de este país son una parte de su tejido social. Existe
a veces desinformación por parte de la prensa, que por desconocimiento
o por tomar fuentes claramente identificadas con
una mala visión del Islam, difunden información errónea.
P: En la prensa, la figura del “terrorismo islámico” está muy
instalada...
ABBOUD: Sí, existe una tendencia a crear estereotipos en
este sentido. Terrorismo y fundamentalismo asociados a Islam
son cosa frecuente. De la misma manera que son frecuentes
otras manifestaciones. Por ejemplo, el que los musulmanes hayan
pasado a ser los nuevos malos de Hollywood, como lo fueron
los indios, los latinos, los negros, los italianos, los vietnamitas
y otros. También llama la atención poderosamente que desde
ámbitos que deberían ser esclarecedores por excelencia, como
lo es la Real Academia Española, se defina “fundamentalismo”
como “movimiento religioso y político de masas que pretende
restaurar la pureza islámica mediante la aplicación estricta de la
ley coránica a la vida social”. Esto es un absurdo. Con el agravante
de que proviene de aquéllos que tienen la función justamente
de despejar dudas en cuanto al lenguaje.
P: Si se piensa en los atentados en la Argentina, atribuidos
a musulmanes, los del 11-S, los del 11-M, los de Londres. Todo
sumado a este sello de terrorismo islámico ¿no debería abrirles
los ojos para que no se acuse gratuitamente en un futuro cercano
a toda la comunidad musulmana?
ABBOUD: Hay que tener en claro, en primera instancia, que
los delitos los cometen las personas y no las creencias religiosas.
De todas maneras, desde el Centro Islámico se trabaja día a día
para despejar dudas en este sentido, básicamente cuando se compromete
la ideología del Islam. Tampoco es razonable permitir
fomentar irresponsablemente un estado de sospecha social, ya
que musulmanes viven en este país desde hace más de un siglo.
GOLDMAN: Primero, los castigos a los delitos tienen que ser
individuales, no se debe castigar a pueblos o entidades como
tales. Segundo, en la medida que existan los prejuicios, éstos se
combinan y ayudan a que yo someta en el castigo al colectivo.
Y no es el colectivo sino el individuo el que ha cometido el delito.
En tanto que el diálogo permita conocer al otro, superar los
prejuicios y apostar por la vida uno va a saber discriminar quién
es quién. En ese sentido tenemos que empezar a caminar juntos
alrededor de todo esto. Además, tenemos que difundir en nuestras
comunidades lo que realizamos en la senda del diálogo,
porque es en el diálogo profundo y en el encuentro sincero en
donde Dios se revela. Dentro de cada comunidad uno sabe cuántos
prejuicios existen. En mi comunidad hablo permanentemente
de esto. Y en mis charlas y clases hablo de mis amigos
Omar Abboud y Guillermo Marcó.
MARCÓ: En la Argentina de hoy, existe también un prejuicio
para con la Iglesia católica. Es curioso porque desde hace ya muchos
años el episcopado se fue separando del poder político y dedicando
a su misión específica, que es la pastoral. Sin embargo, muchos
creen que siguen hablando con los obispos de la década del
70, que se jubilaron o se murieron en su mayoría. Es una lástima
que los prejuicios les impidan ver la realidad de una Iglesia que
cambia porque es muy dinámica en su vida interna, que está mucho
más cerca del pobre y reclama por sus necesidades. Pero
retomando lo del prejuicio, se ha instalado que está mal ser antisemita,
pero burlarse de la Iglesia, de sus creencias, insultarla en
público, parecería ser una moda. Hoy no se pintarrajean sinagogas,
pero cada dos por tres la Catedral amanece pintada con
leyendas agraviantes. Otro tanto pasa con el desprecio hacia el
mundo islámico.
ABBOUD: La entidad (el Centro Islámico de la República
Argentina) existe desde la década del 20 y siempre tuvimos un
perfil bajo, más allá de la publicación de alguna columna de
opinión, alguna cuestión de ayuda social, generar las fiestas,
proveer el espacio de culto. De pronto nos encontramos con
una avalancha de ataques desde algunos medios y la cuestión
del Islam catapultada a las primeras planas de los diarios. No
estábamos en muchos aspectos preparados para comunicar, ya
que nunca surgió la necesidad y aún hoy estamos aprendiendo.
GOLDMAN: Es complicado. Pero nuestro aporte no es un
granito más. Nuestro aporte puede ser muy importante. Tiene
que ver con aquello de que actuamos en base a nuestros valores
y en tanto que nuestros valores son una apuesta a la vida, la
cosa puede ser diferente.
ABBOUD: La idea de diálogo a veces no es del todo comprendida.
Algunos preguntan si el diálogo es necesario. Yo creo
que además de ser parte misma de la esencia religiosa, el diálogo
en el mundo de hoy es un hecho imprescindible.
GOLDMAN: Además, lo bueno de estos encuentros es que
logran despojarnos de nuestra calidad representativa y responder
no necesariamente en nombre de las instituciones de las
cuales provenimos; nos da la posibilidad –y hasta diría de una
manera bastante anárquica e independiente– de ser críticos del
mundo en el que estamos viviendo y de la responsabilidad que
hemos tenido o han tenido las tradiciones religiosas de llegar
tarde a muchos de los acontecimientos que resultaron terribles
para la humanidad. Por ejemplo: lamentarnos del Holocausto,
de la Shoá, es un punto importante de reflexión, pero es algo
que llega tarde. Lamentarnos de lo acontecido en Irak, también.
Son errores que se han cometido y en los que las tradiciones
religiosas no tuvieron la capacidad de reaccionar.
P: ¿Y cuál fue el error? ¿Qué tendrían que haber hecho las
tradiciones religiosas antes de la Shoá o antes de la invasión a
Irak?
GOLDMAN: Uno de los grandes errores ha sido legitimar la
falta de humanidad del “otro”. Muchas veces las tradiciones
religiosas demonizaron o satanizaron al otro sólo por su calidad
de diferente. Quitarle esa entidad humana al otro permite al
criminal cometer el crimen sin tener una sensación de culpa ni
de responsabilidad. Porque no está eliminando al ser humano
sino “lo malo” de la sociedad, como si fuese un objeto.

No hay comentarios: