El 18 de mayo de 2007 miles de niños de Argentina marcharon hasta la Plaza de Mayo para pedir que ningun niño o niña más muera de hambre.
ES TIEMPO QUE NOS DEMOS CUENTA
Que la situación de los chicos de nuestro país es gravísima.
Tal vez esperan que les hable de los chicos de la calle, pero esta vez es realmente difícil, si quieren podemos dar un pantallazo de lo que está ocurriendo. Pero en realidad me parece hasta una falta de respeto hacia ellos y hacia todos los chicos.
Para los que trabajamos con estos niños desde hace varios años tal vez no nos impacte tanto como al resto de la gente, lo que hoy se muestra a diario por TV. Se dice, con gran asombro que se están llevando a los chicos de Constitución y de Once, los investigan y lo muestran como un hallazgo, cuando hace décadas que esto está ocurriendo. Los chicos de la estación están desaparecidos siempre, están desaparecidos de sus familias de origen, porque aunque cada tanto los vean dejaron de pertenecer a ese núcleo. Están desaparecidos cuando por vagancia nada más los detienen y muchas veces no se sabe su destino, están desaparecidos de lo que significa ser niños, vagan sin rumbo por la vida desconociendo sus privilegios, convirtiéndose en nadie por unos pocos años para convertirse más tarde en los “peligrosos”.
No comen como debe comer un niño, no van a la escuela, de aquí también están desaparecidos, no tienen identidad, la perdieron por sobrenombres. Cómo pueden hablar de ellos, yo siento una gran vergüenza, no estamos hablando de unos pocos, estamos hablando de miles de niños perdidos, se los llevó la desvergüenza, de no muy pocos aparatos mentirosos armados en nombres de ellos, institutos de menores, cárceles de jóvenes adultos, hogares, comedores, centros de día, red contenedora ¿qué red contenedora? Una sarta de mentiras, no para mí sino para ellos.
La verdad es que ellos necesitan su casa, su familia, un trabajo digno para sus padres, la enfermedad está a la vista, tal vez ustedes esperen que yo les enseñe cómo tratarlos, por qué no a entenderlos, a contenerlos, lo que nunca les voy a poder enseñar es a mentirles, ni a ustedes tampoco, sí les diría que aprendan a mirarlos, sólo eso, porque escucharlos no les serviría, ellos también aprendieron a mentir como les mintieron toda la vida.
Al comienzo de este informe les decía que hoy ya no podemos encasillarlos solo a ellos en la pérdida de la niñez porque hoy están mal casi todos los niños, porque los padres están mal en este convulsionado país que se olvidó de todos, o mejor dicho, (por qué ofender al país) por un grupo de gente que funciona como dirigente de esta tierra desde hace varias décadas, pero solo poniendo en el bolsillo de ellos, aunque esto les cueste la vida, la locura, las tristezas y el no saber qué hacer, a niños, a padres, a familias enteras sumergidas en la pobreza.
Nosotros también somos gente y vamos a seguir luchando por ellos y vamos a seguir denunciando su derrota porque en definitiva la derrota de ellos NO debe significar la nuestra sino un compromiso ineludible de ponernos de pie para ponerlos de pie.
A.Moffat
1 comentario:
Tere, me quedé así como de piedra al leer lo que traduciste, bueno, se nota el cabreo, verdad? És que no hay perdón para tanta mentira, yo me considero una buena persona, y no suelo atacar de gratis, pero estas declaraciones se me clavaron en el corazón, no puedo soportar que en nombre de Dios se cometan estas barbaridades. Que aquel Jésús de los pobres no les mire, que no merece tener estos seguidores. Muchos besos, gracias por tu compañia, un gran abrazo con amor!
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