lunes, 8 de junio de 2009

Buenos Aires y la calidad de vida.

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Autora texto:María Seoane

una consultora internacional especializada en medir la calidad de vida en las 215 ciudades más importantes del mundo llegó a la conclusión de que Buenos Aires retrocedió del puesto 78 al puesto 81 del ranking en el último año, es decir que su calidad de vida empeoró y mucho entre 2008 y 2009 porque como no venía sucediendo desde 2001 –cuando retrocedía o se avanzaba un punto– esta vez saltó tres casilleros hacia atrás. Más allá del detalle de las cuestiones clave que mide Mercer Human Resource Consulting –el entorno político, social, cultural y económico, de salud, educación, transporte y servicios públicos, el ocio, los bienes de consumo, la vivienda y el medio ambiente– hablar de calidad de vida es hablar de que baje la pobreza y haya equidad social, más acceso al trabajo, a la salud y a la educación. No son los carriles bien trazados, ni los arbolitos podados, ni las plazas remodeladas, ni las sombrillas amarillas para pasar bien el verano en los parques, ni el cambio de mano de las calles, lo que garantiza una mejora esencial en la calidad de vida de los porteños. La medición señala que el retroceso en la calidad de vida de los porteños viene descendiendo desde que el gobierno de Macri tomó las riendas de la ciudad. Que para retroceder en tres puntos hubo deterioro en todos los rubros en la calidad de vida de los porteños. Porque hay más pobres en la ciudad, más escuelas sin lo necesario, más gente durmiendo en la calle, más niños pidiendo, más inequidad, más inseguridad, más fragmentación social. El lifting que tanto deleita a cierta clase media es la nueva medida de la banalidad del mal en democracia. Y si alguien parece representar bien este estilo es la derecha aggiornada, tan preocupada siempre de que se note en la publicidad que algo cambia mientras todo empeora.

Fuente:Caras y Caretas

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