El golpe de Estado que derrocó a Manuel Zelaya, presidente constitucional de Honduras, ha provocado una unánime condena internacional. Pero las respuestas de algunos países han sido reacias y la ambivalencia que ha mostrado Washington hace sospechar que el gobierno usamericano está tratando de obtener algo de la situación.
La primera declaración de la Casa Blanca en respuesta al golpe fue imprecisa y evasiva. No lo condenó, sino que hizo más bien un llamamiento a “todos los actores políticos y sociales de Honduras para que respeten las normas democráticas, el imperio de la ley y los principios de la Carta Democrática Interamericana”.
Dicha declaración contrastó con las de otros presidentes del hemisferio Sur, como fueron Lula da Silva, de Brasil, y Cristina Fernández, de Argentina. La Unión Europea también emitió comunicados similares, menos ambiguos y más inmediatos....lee todo:
El gobierno de Washington, reacio en un principio a apoyar la democracia en Honduras, se ve forzado a hacerlo ante la nueva actitud de Latinoamérica
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