La destrucción paulatina del concepto de los Estados-nación en aras de una supuesta "unificación monetaria", no es más que un vehículo ideado por las élites para acabar con la soberanía del pueblo y las políticas emanadas de ella para pasar al control subsidario de la economía financiera. Un claro ejemplo fue la creación imperfecta del euro, omitiendo referéndums e información y aplicando una campaña de propaganda que trataba de paliar un supuesto complejo de inferioridad de unos países respecto a otros.
Pues bien, todo ello recalca en una idea fundamental: la pérdida de la soberanía nacional, popular, alimentaria y todas sus derivadas, o lo que es lo mismo, incapacidad por parte del pueblo para "interferir" en los mecanismos de poder.
En lugar de atizar demagógicamente el miedo al hundimiento del euro, nuestros bancos deberían hacerse responsables en primer lugar de sus propias decisiones equivocadas, concretamente a través de unas auténticas insolvencias de los Estados-nación. Si en ese caso instituciones individuales se encontraran en dificultades debido a lo elevado de las pérdidas, siempre podríamos ayudar, pero con la condición de que el pueblo tuviese conocimiento de las consecuencias y de toda la información y que fuese éste, en última instancia, quien tomase la decisión, pues en ningún momento pudimos optar por delegar ésto en los órganos europeos ni en los lobbies financieros: simplemente se impuso. Sin embargo, a estas alturas, ya sabemos bien cómo funciona eso...
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