lunes, 21 de mayo de 2012

La neutralidad: entre la cobardía y la especulación

La neutralidad pocas veces es una buena opción. Y menos aún cuando ese alguien que se dice neutral ocupa un lugar de cierto prestigio en la escena pública. En la tribuna de un estadio, los espectadores no son neutrales. Unos vivan a un equipo, otros al otro. Ni el árbitro es neutral, aunque trate de disimularlo. El neutral parece no tener espíritu porque se niega a ser partícipe de una puja. Que se maten entre ellos. ¿Y después? ¿Me acoplo al triunfador? En tiempos cruciales, la neutralidad puede ser cobardía, entre otras cosas.Nadie que comprenda lo que está en juego puede considerarse neutral. No estamos en presencia de una pelea entre un gobierno y un diario. Una lectura del conflicto en este sentido condice con los argumentos de los exponentes del establishment: un gobierno autoritario y populista que pretende acallar a las voces independientes que se le oponen. Escenario en el que tampoco cabe la neutralidad, si así fuese. Apuntes discontínuos: La neutralidad: entre la cobardía y la especulació...:

No hay comentarios: