FUENTE
Por: Alfredo Rada
Días atrás, la diputada Norma Piérola sorprendió al ambiente
político al anunciar que había presentado en la Corte Penal Internacional de La
Haya una demanda contra el presidente Evo Morales. Rápidamente varios medios de
comunicación amplificaron la noticia, olvidando las repetidas veces que sobre
diversos temas esa legisladora mintió públicamente. Esta vez no fue la
excepción, pues afirmó que “la demanda ha sido admitida”. Luego se constató que
no hubo tal admisión y que a la señora sólo le dieron una nota de recepción de
documentación.
La Corte Penal Internacional (CPI) es un tribunal que tiene
personalidad jurídica internacional y no forma parte de las Naciones Unidas,
aunque se relaciona con la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en los
términos del Estatuto de Roma, que es su norma fundacional. Tiene su sede en la
ciudad de La Haya, en los Países Bajos (Holanda).
El origen histórico de la CPI es la creación de los
tribunales internacionales de Nuremberg y Tokio, para juzgar a los criminales
de guerra de Alemania y Japón por los delitos cometidos durante la Segunda
Guerra Mundial. Posteriormente, en los albores de la creación de la ONU, el
Consejo de Seguridad encomendó a un panel de expertos explorar la posibilidad
de establecer una corte permanente de justicia en materia criminal,
complementaria a su principal órgano judicial, la Corte Internacional de
Justicia. La idea prosperó después de la Guerra de los Balcanes y las denuncias
de “limpieza étnica” en Yugoslavia (1991-1995) y del genocidio en Ruanda
(1994).
Por estos trágicos hechos y por el desarrollo alcanzado por
el derecho internacional, se celebró en la ciudad de Roma una Conferencia
Diplomática de Estados miembros de las Naciones Unidas sobre el establecimiento
de una corte penal internacional, en cuya acta final, suscrita el día 17 de
julio de 1998, se estableció la CPI.
El órgano entró en vigencia a partir del 1 de julio del
2002. Su competencia y funcionamiento se rigen por las disposiciones del
mencionado Estatuto de Roma. El Estado Plurinacional de Bolivia ha ratificado
el Estatuto de Roma mediante Ley 2398, del 24 de mayo de 2002, y ha realizado
depósito del instrumento el 27 de junio de 2002.
La CPI es una instancia judicial que complementa y no
reemplaza ni sustituye a los órganos judiciales de cada país. Ha sido creada
por los Estados con el objetivo de juzgar los crímenes de guerra y de agresión,
de genocidio y de lesa humanidad. Se trata de casos realmente particulares, de
crímenes gravísimos que pueden ser cometidos en guerras entre países o en
sangrientas confrontaciones (guerras civiles) dentro de los países. Como
fácilmente se puede colegir, ninguna de ambas situaciones se ha presentado en
Bolivia y menos en la última década, por lo que la demanda de marras no tiene
fundamento material o jurídico para prosperar.
Pero el costoso viaje a Europa de la diputada opositora
forma parte de una campaña internacional de desprestigio contra el gobierno de
Evo Morales. ¿Quiénes patrocinan estas acciones de agravio contra nuestro
país?, ¿de dónde sale el dinero para traslados y looby?, ¿hay una estrategia
política extranjera de la que la diputada cochabambina es únicamente operadora?
Piérola, lo mismo que su jefe partidario, Manfred Reyes
Villa, es activa militante que ha participado de varias reuniones de una
organización denominada UnoAmérica, que es una plataforma política de extrema
derecha conducida por el venezolano Alejandro Peña Esclusa, personaje que tuvo
protagónica participación en su país en el fracasado golpe antichavista del año
2002. Esta plataforma se formó en diciembre del año 2008 en la ciudad de Bogotá
(Colombia) con el objetivo de cerrar el paso al “Foro de Sao Paolo” en el que
está aglutinada la izquierda latinoamericana.
En uno de los párrafos de la declaración con la que se fundó
UnoAmérica puede leerse: “Actualmente hay 14 países latinoamericanos, cuyos
gobiernos pertenecen o están vinculados al Foro de Sao Paolo, y aunque llegaron
al poder por la vía democrática, muchos de ellos están destruyendo la
democracia y coartando las libertades, como es el caso de Hugo Chávez, Evo
Morales, Rafael Correa, Cristina Kirchner y Daniel Ortega”. Puede verse que las
campañas de ataque a estos presidentes se dan en aplicación de esta línea
política.
La investigadora argentina Stella Calloni ha descubierto los
lazos financieros que la organización derechista tiene con la National
Endowment for Democracy (NED), que según publicó en marzo de 1997 el New York
Times: “Se creó para llevar a cabo públicamente lo que ha hecho
subrepticiamente la Central Intelligence Agency (CIA) durante decenios. Gasta
30 millones de dólares al año para apoyar a partidos políticos, sindicatos,
movimientos disidentes y medios informativos en docenas de países”. Además,
UnoAmérica recibe fondos de la Fundación para el Análisis Económico Social
(FAES), que dirige el ex presidente español José María Aznar. Sería muy
interesante seguir la evolución de las investigaciones que actualmente se
efectúan en España, a propósito del escandaloso desvío de “dinero oscuro”
proveniente de manejos corruptos en la administración pública a las cuentas del
Partido Popular (PP), del cual es uno de sus dirigentes históricos el propio
Aznar, cuya Fundación pudiera haberse beneficiado con parte de ese botín.
No puedo concluir estas líneas sin referirme a un caso
similar al exabrupto judicial contra Evo. La misma aberrante forma de acusación
la aplicó hace seis años el ex fiscal general Mario Uribe contra mí, tratando
de inculparme nada menos que de genocidio por los sucesos de noviembre de 2007,
en Sucre. En mi defensa, para aclarar lo sucedido y para poner en evidencia las
inconstitucionalidades e ilegalidades cometidas por Uribe, escribí junto a la
periodista Luisa Limachi un libro titulado Historia de una conjura, cómo
intentaron hacer fracasar la Constituyente. Hoy que el proceso de cambio sufre
este ataque internacional, deberíamos escribir otro libro en el que pongamos en
evidencia que la derecha boliviana, por un cálculo político doméstico, no
vacila en traicionar a la patria en los foros internacionales.
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