viernes, 13 de diciembre de 2013

Italia – un portaviones


Fuente
AUTOR:  Susanna Böhme-Kuby, 27 de febrero de 2006
Traducido por   Traducido por Vicente Romano
Italia pertenece a la zona de influencia política usamericana desde 1945. Desde entonces, esta pertenencia marca el desarrollo del país, limita su soberanía, obstaculiza la democracia, y a lo largo de decenios la península se ha convertido en el baluarte militar más importante de los EEUU en el Mediterráneo.

Los EEUU disponen de 113 bases militares en la bota; poseen 1546 edificios y tienen alquilados otros 1168. La red se extiende desde Sigonella,  en Sicilia (flota), hasta Aviano, cerca de Vicenza (aviación). Desde aquí partieron desde 1991 las intervenciones militares (Guerra del Golfo, Yugoslavia, Afganistán, Iraq); los cazabombarderos volaron sobre Venecia y las playas del Adriático.
En septiembre de 2006, la 173 brigada usamericana y  sus seis batallones que antes estaban parcialmente estacionados en Corea, se reunió en un grupo de combate compuesto de unidades móviles. En los municipios alrededor de Aviano, donde están estacionadas las tropas, los 20.000 soldados equivalen ahora a otros tantos habitantes. La nueva estructura requiere una ampliación del cuartel general estratégico de Vicenza. En los terrenos del aeropuerto civil sin usar Dal Molin se ha planeado una nueva colonia para 3.000 militares, una ciudad dentro de la ciudad, a escasos dos kilómetros del centro de Vicenza (patrimonio cultural de la humanidad). El gobierno usamericano quiere invertir en ella unos 300 millones de dólares. A las constructoras italianas que se presentan al concurso se les hace la boca agua desde hace meses. Los propietarios locales de casas que alquilan viviendas privadas a los familiares de los soldados usamericanos a precios de Venecia no se oponen al plan.Pero desde hace meses se alza la protesta de muchos habitantes, del movimiento por la paz y de los partidos de izquierda locales, en contra de sus diputados de Roma. Ni siquiera se notó una manifestación de 30.000 personas en  enero, porque coincidió con un bloqueo informativo (pues la discusión del convenio entre periodistas y editores sobre la que informó Ossietzky en el cuaderno 20/06  no se había cerrado aún). En Roma se debatía entonces la financiación de la intervención en Afganistán, que de acuerdo con las normas del lenguaje oficial no es militar, sino humanitaria. El gobierno de Prodi la quiere prolongar con los 1900 soldados actuales como “Acción policial bajo dirección europea”.


Para ver los detalles sobre las bases militares usamericanas en Italia, pinchar aquí
El reñido presupuesto de Prodi para 2007 prevé un incremento del 13% en la partida militar, mientras que todas las demás partidas sufren recortes decisivos. Tan sólo el nuevo Joint Strike Fighter (F35) se va a tragar en los próximos diez años 30.000 millones de euros. Las empresas de armamentos a las que afluirán los beneficios argumentan, como de costumbre, con los puestos de trabajo que se crearán o asegurarán así. El gobierno Prodi justifica su aprobación de Dal Molin remitiéndose  “al necesario cumplimiento de las obligaciones existentes aprobadas por el gobierno de Berlusconi”. Estas palabras deben justificarlo todo.

En el ampuloso programa con que se ha presentado el gobierno y al que siempre se remite la coalición, no se menciona en absoluto Afganistán; la retirada de Nassiriya (Iraq), efectuada a fines de 2006, la había anunciado ya Berlusconi. A pesar de todo, en la página 111 del programa se dice: “Tenemos que redefinir los derechos de soberanía militar que están en nuestro país…, en consonancia con  la protección de los intereses nacionales y los intereses igualmente legítimos de la población local.” También deben retirar los EEUU sus armas atómicas estacionadas en Aviano y Ghedi, pero el gobierno no hace hasta ahora nada para ni siquiera entablar negociaciones con los EEUU. Muchos esperaban un cambio de opinión en la política exterior y precisamente por eso votaron la coalición de Prodi.  Pero se baja los pantalones una vez tras otra, al precio del fracaso. Sólo esta perspectiva mantiene a sus desiguales socios. Una encrucijada. El comentario de Prodi a la resistencia de Vicenza de que el problema no es nada de político sino a lo sumo “urbanístico” repercutió en su arrogancia como una bofetada a los electores que lo habían aupado al puesto. El gobierno  se asusta de plantear la cuestión de soberanía militar (servitù militari). Hasta ahora, ni el Gobierno ni el Parlamento tienen capacidad de decisión sobre las acciones militares de los EEUU que parten del territorio nacional de Italia y, con ello, involucran automáticamente a la población local en las guerras usamericanas. Por consiguiente, Italia no es de facto un estado soberano. Esta situación se deriva de la época bipolar de la posguerra, cuando en Europa Occidental campaba el fantasma de la amenaza militar de Oriente. Cuando el supuesto peligro se disolvió después de 1989, no siguió, por ejemplo, la disolución o limitación de la OTAN o la disminución del compromiso europeo  en esta alianza militar, sino la subordinación más o menos convencida de Europa a los intereses estratégicos de los EEUU, dirigidos ahora, directamente, al control de las fuentes de materias primas del mundo. Y de los vasallos se espera que colaboren. “América es un país que se encuentra en guerra”, dijo George W. Bush en su último discurso sobre el estado de la nación, en el que mencionó no menos de cinco veces a Irán como causante  de los conflictos pasados, presentes y futuros de Oriente Próximo. Y a pesar de que la mayoría de los Usamericanos ya no están con él, anunció el envío de otros 21.000 soldados a Iraq. Los preparativos de un ataque a Irán se aceleran. También se seguirá combatiendo en el Sur de Afganistán.Cuando hace poco el Ministro de Exteriores Massimo D’Alema protestó oficialmente contra la ofensiva diplomática de seis embajadores de la OTAN dirigidos por los EEUU, en la que pedían una mayor intervención de Italia  en Afganistán, el político más viejo del país Giulio Andreotti (ministro en numerosos gabinetes desde 1945) lo sosegó diciendo que él ha vivido los comportamientos más diversos de los usamericanos y que lo que ahora sucede no es digno de discutirse y dentro de un par de días se habrá olvidado. Lo decisivo es la buena relación con los EEUU, y eso no debía enturbiarse.El movimiento por la paz lo ve de otra manera: unos 200.000 participantes de todo el país han participado el 17 de febrero en una manifestación de siete horas en Vicenza contra la presencia militar de los EEUU y la aprobación por el gobierno Prodi del plan de ampliación. En ella estuvieron también los  presidentes de los dos partidos comunistas pertenecientes al gobierno (Franco Giordano, de la Rifondazione, y Oliviero Filiberto, del PCI). “Vicenza venció el miedo” la tituló La Repubblica al día siguiente, refiriéndose también al miedo de acciones violentas avivadas la semana de antes por los políticos y la prensa. Bajo la indicación de la amenaza de las renovadas “Brigadas Rojas”,  hasta el Ministro del Interior Amato había desaconsejado participar en la demostración. Pero todo transcurrió pacíficamente. La demostración, encabezada por un numeroso grupo de mujeres con  niños, tuvo el carácter de  fiesta popular. El final lo constituyó la aparición espectacular de Dario Fo y Franca Rame. Prodi comentó que la protesta democrática es legítima, pero que se mantenía en el plan acordado. Con los usamericanos se pueden discutir detalles locales. Eugenio Scalfari, fundador de La Repubblica, ve a Prodi incluso reforzado,  pues, por un lado,  los comunistas residuales han recuperado un poco su prestigio en la base, pero no quieren ni pueden romper su alianza con Prodi por Vicenza, pues a continuación volverían Berlusconi y Fini al gobierno. Los adversarios del proyecto  consideran en pie la planeada construcción de Dal Molin. A esto se llama democracia.



La pancarta más divertida de la manifestación del 17 de febrero en Vicenza contra la base militar Dal Molin. Basi significa bases en italiano pero besos en veneciano:”Besos sí pero con la lengua”, proclama el grupo Rexistensa Veneta.

Susanna Böhme-Kuby es alemana y enseña historia de la lengua alemán en la universidad de Udine (Italia). Es corresponsal de la revista Ossietzky
Traducido del alemán por Vicente Romano
, miembro de Tlaxcala, la red de traductores para la diversidad lingüística.Esta traducción es copyleft para cada uso non-comercial : se puede reproducir libremente a condición de respetar su integridad y mencionar  al autor, a los traductores y la fuente.
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