Más allá del libertarismo:
prefacio para América Latina
Del libro de Julian Assange( Criptopunks. La
libertad y el futuro de Internet).
Un esfuerzo común de editorial chilena Lom Ediciones, la
argentina Marea Editorial y la uruguaya Trilce ha hecho posible
la primera versión castellana en 2013)
Prefacio que Julian
Assange redactó para las/os lectores de nuestro continente
latinoamericano y caribeño.
La lucha de WikiLeaks es una
gesta compleja. En mi trabajo como periodista he luchado contra
guerras y para que los grupos poderosos rindieran cuentas ante
el pueblo. Mediante esta labor, he llegado a comprender la
dinámica del orden internacional y la lógica del imperio. He
visto a países pequeños ser amedrentados y dominados por países
más grandes o plagados de empresas extranjeras que los hacen
tomar decisiones en detrimento propio.
He visto el amordazamiento
del deseo popular, elecciones compradas y vendidas, y las
riquezas de países como Kenia robadas y rematadas entre
plutócratas en Londres y Nueva York. Estas experiencias me han
formado como criptopunk. Me han aportado una sensibilidad
respecto de los temas que se discuten en este libro, que es de
especial interés para los lectores de América Latina.
El libro no los examina en su
totalidad, eso es para otro libro —para muchos otros libros—.
Pero quisiera detenerme en estos temas y pedirles a los lectores
que los tengan en mente durante la lectura del presente texto.
En los últimos años se ha visto el debilitamiento de las viejas
hegemonías. Las poblaciones desde el Maghreb hasta el golfo
Pérsico se han levantado ante tiranías para conseguir la
libertad y la autodeterminación. Movimientos populares en
Pakistán y Malasia prometen constituir un nuevo foco de fuerza en
el escenario mundial. Mientras que América Latina ha comenzado a
transitar un período muy esperado de soberanía e independencia
tras siglos de dominio imperial. Cuando el sol se pone sobre las
democracias occidentales, estos avances constituyen la esperanza
de nuestro mundo. Viví en carne propia la nueva independencia y
vitalidad de América Latina cuando Ecuador, la Alianza
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América ( ALBA ), la
Unión de Naciones Suramericanas ( UNASUR ) e incluso la
Organización de los Estados Americanos ( OEA) salieron en
defensa de mis derechos luego de haber recibido asilo político.
La duradera lucha
latinoamericana por la autodeterminación es importante porque
marca el camino para que el resto del mundo avance hacia la
libertad y la dignidad. Pero la independencia de América Latina
está aún en pañales.Los intentos desestabilizadores de Estados
Unidos todavía son moneda corriente en la región, como ocurrió,
no hace mucho, en Honduras, Haití, Ecuador y Venezuela. Este es
el motivo por el cual el mensaje criptopunk es de especial
importancia para el público de América Latina. El mundo debe ser
consciente del riesgo que la vigilancia significa para América
Latina y para el antiguo Tercer Mundo. La vigilancia estatal no
solo es un problema para la democracia o para la gobernabilidad,
sino que es un problema geopolítico.
El control de toda una
población por parte de poderes internacionales naturalmente
amenaza la soberanía. Las sucesivas intervenciones en los
asuntos de las democracias latinoamericanas nos han enseñado a
ser realistas. Sabemos que los antiguos poderes coloniales
usarán cualquier ventaja para impedir la consagración de la
independencia de todo el continente. Este libro debate sobre lo
que ocurre cuando corporaciones estadounidenses como Facebook
disponen de una penetración casi total en la población de un
país entero, pero no se detiene en las cuestiones geopolíticas
de fondo. Haciendo una simple consideración geográfica se nos
presenta un aspecto importante.
Todo el mundo sabe que la
geopolítica global está determinada por los recursos petroleros.
El flujo del crudo determina quién domina, quién es invadido y
quién es marginado de la comunidad global. El control físico de
solo un segmento de un oleoducto ofrece un enorme poder
geopolítico. Los gobiernos en esta posición pueden obtener
enormes concesiones. Entonces ocurre que, de un golpe, el
Kremlin puede sentenciar a Europa del Este y Alemania a un
invierno sin calefacción. Y la sola posibilidad de que Teherán
construya un oleoducto que llege a India y a China alcanza como
pretexto para la lógica belicosa de Washington. Con el control
de los cables de fibra óptica, por donde pasan los gigantes
flujos de datos que conectan a la civilización mundial, ocurre
lo mismo que con los oleoductos. Este es el nuevo juego:
controlar la comunicación de miles de millones de personas y
organizaciones.
No es secreto que, en lo
referente a internet y a las comunicaciones telefónicas,todos
los caminos desde y hacia América Latina pasan por Estados
Unidos. La infraestructura de internet dirige gran parte del
tráfico desde y hacia América Latina a través de cables de fibra
óptica que físicamente atraviesan las fronteras de Estados
Unidos. El gobierno de Estados Unidos no ha mostrado muchos
escrúpulos en transgredir su propia ley al interceptar estas
líneas para espiar a sus propios ciudadanos. Y no existen las
leyes que impidan espiar a ciudadanos extranjeros.
Cada día, cientos de millones
de mensajes de toda América Latina son devorados por las
agencias de espionaje de Estados Unidos y almacenados para
siempre en depósitos del tamaño de ciudades. Los aspectos
geográficos relativos a la infraestructura de internet por lo
tanto tienen consecuencias para la independencia y soberanía de
América Latina.El problema también trasciende la geografía.
Muchos gobiernos y ejércitos latinoamericanos resguardan sus
secretos con hardware criptográfico. Se trata de aparatos y
programas que codifican y descodifican mensajes.
Los Gobiernos adquieren estos
equipos para mantener sus secretos a salvo, a menudo con un alto
costo para el pueblo, porque le temen, con razón, a la
interceptación estadounidense de sus comunicaciones.Pero las
compañías que venden estos costosos dispositivos gozan de
lazos estrechos con la comunidad de inteligencia de Estados
Unidos (Intelligence Community). Sus directores ejecutivos y
funcionarios de alto rango son matemáticos e ingenieros de la
NSA (sigla de National Security Agency, la Agencia de Seguridad
Nacional de los Estados Unidos), quienes capitalizan las
invenciones que crearon para el estado de vigilancia.
Estos dispositivos están con
frecuencia deliberadamente violados con un propósito: no importa
quién vaya a usarlos o cómo lo hará —las agencias estadounidenses pueden desencriptar la señal y leer los mensajes. Estos dispositivos son vendidos a América Latina y a otros países como una forma de proteger sus secretos, pero en realidad son una forma de robar esos secretos.
quién vaya a usarlos o cómo lo hará —las agencias estadounidenses pueden desencriptar la señal y leer los mensajes. Estos dispositivos son vendidos a América Latina y a otros países como una forma de proteger sus secretos, pero en realidad son una forma de robar esos secretos.
Los gobiernos estarían más a
salvo usando software criptográfico abierto desarrollado por
criptopunks, cuyo código es abierto para que todo el mundo vea
que no se trata de una herramienta de espionaje, y que está
disponible al precio de una conexión a internet.
Mientras tanto, Estados
Unidos está acelerando la próxima gran carrera armamentista. Los
descubrimientos de los virus Stuxnet, Duqu y Frame anuncian una
nueva era de programas altamente complejos con finalidad
destructiva concebidos por Estados poderosos para atacar a
Estados más débiles. Su uso agresivo en un primer golpe contra
Irán está dirigido para socavar los esfuerzos persas
para conseguir la soberanía nacional, finalidad que va en contra
de los intereses estadounidenses e israelíes en la región. Había
una época en la que el uso de los virus informáticos en tanto
armas ofensivas era un mecanismo argumental en novelas de ciencia
ficción. Ahora es una realidad global, estimulada por la conducta
irresponsable de la administración Obama, en contraposición a la
ley internacional. Otros Estados ahora harán lo propio,
mejorando su capacidad ofensiva para alcanzar a Estados Unidos.
Estados Unidos no es el único
culpable. En los últimos años, la infraestructura de internet en
países como Uganda se ha visto enriquecida por la inversión
directa china. Se reparten abultados préstamos a cambio de
contratos africanos para que compañías chinas construyan la
infraestructura de la red troncal que conecte escuelas,
ministerios gubernamentales y comunidades al sistema de fibra
óptica global.
El continente africano se
está conectando también, pero con hardware suministrado por un
país que aspira a ser una súper potencia internacio-nal. ¿Será
internet el camino para que África siga estando dominado en el
siglo XXI ? ¿Está convirtiéndose África una vez más en un
espacio para la confrontación de los poderes mundiales? Estos
son solo algunos de los caminos por los que este libro
trasciende la lucha por la libertad individual. Los criptopunks
originales, mis camaradas, eran mayormente libertarios. Nosotros
buscábamos proteger la libertad individual de la tiranía estatal
y la criptografía era nuestra arma secreta. Esto fue algo
subversivo porque la criptografía entonces era propiedad
exclusiva de los Estados, usada como armas en sus varias
guerras. Al desarrollar nuestro propio software contra las
superpotencias, y al divulgarlo a lo largo y ancho del mundo,
conseguimos liberar y democratizar la criptografía. Esta fue una
lucha verdaderamente revolucionaria, librada en las fronteras de
la nueva internet. La ofensiva fue rápida y onerosa pero, aunque
es una ofensiva aún en curso, el camino está allanado. La
criptografía no solo puede proteger las libertades de los
individuos, sino la soberanía y la independencia de países
enteros, la solidaridad entre grupos con una causa común, y el
proyecto de una emancipación global. Puede ser usada no solo
para luchar contra la tiranía del Estado sobre el individuo,
sino contra la tiranía del imperio sobre la colonia. Este es un
mensaje en el que creo con firmeza, y se encuentra escrito
entre líneas a lo largo del presente texto aunque no esté debatido
en gran detalle. Merece su propio libro, y lo tendrá cuando sea
el momento adecuado y mi situación lo permita. Por ahora, espero
que esto baste para llamar la atención de los lectores al
respecto y para que lo tengan presente durante la lectura.
Julian Assange
enero de 2013.
enero de 2013.
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