sábado, 5 de abril de 2008

Relaciones del Papa BenedictoXVI y la Teología de la Liberación.




Benedicto XVI fué un estrecho colaborador del Papa Juan Pablo II y por él nombrado Jefe de la Iglesia Católica para la Congregación para la Doctrina de la Fe (heredera de la Santa Inquisición) ; prefecto del ex Santo Oficio y, como tal, condenó los “errores” de curas, obispos y cardenales que fundaron la “Teología de la Liberación” y expandieron por el mundo la nueva Iglesia Católica que proponía la “Opción de los Pobres”.

Ratzinger, hoy Papa Benedicto XVI, condenó con particular energía la mínima aproximación de la Iglesia al marxismo, y con seguridad, debe haberle olido a azufre aquella frase que se difundió en Nicaragua en plena Revolución Sandinista: “Entre cristianismo y marxismo no hay contradicción”.

La Teología de la Liberación y su opción por lo pobres se comprometió con las luchas populares y de liberación nacional.

En nuestra América Latina surgieron -por decenas- curas y monjas, obispos y cardenales, teólogos y profesores que escogieron la iglesia de los pobres. Muchos se convirtieron en héroes y mártires de los procesos revolucionarios como Camilo Torres en Colombia, Monseñor Romero en Nicaragua, y otros fueron perseguidos como Dom Helder Camara y Leonardo Boff en Brasil, Ernesto Cardenal en Nicaragua que, inclusive, fue rechazado por el Papa Juan Pablo II cuando visitó Nicaragua.

Los demás cardenales y obispos en su papel de guardianes de la fe, tradicionalistas, conservadores, fanáticos y dogmáticos cumplieron su papel histórico: se pusieron al servicio de las oligarquías, de los ricos y poderosos y lo que es más vergonzoso y deshonesto, se unieron a los dictadores fascistas que con inmensa crueldad asesinaron, encarcelaron, torturaron, masacraron y desaparecieron a millares de latinoamericanos en Centro América y América del Sur, en particular, en el Cono Sur de tantas monstruosas pesadillas cometidas por los Pinochets, Galtieres, Videlas, Bordaberrrys, Strosners, etcétera.

Cuando vino a nuestra América Latina, el Papa Juan Pablo II, los obispos y cardenales que, junto a civiles, le pidieron que interceda por los encarcelados y desaparecidos, por el mínimo respeto a los derechos humanos nunca fueron atendidos, seguramente, porque los revolucionarios e izquierdistas no merecían ningún respeto. Solo los obispos y cardenales del establecimiento fueron recibidos, escuchados y bendecidos por el Papa Juan Pablo II. Esta es la historia reciente.

Hoy como ayer, los curas, monjas y cardenales comprometidos con la Teología de la Liberación son perseguidos y condenados por el Papa Benedicto XVI. Hoy como ayer, los obispos y cardenales tradicionalistas están al servicio del poder económico y político, del sistema de dominación y explotación y de los objetivos del imperio.

En el Ecuador, la Conferencia Episcopal juega a la mediación cuando surgen conflictos entre las clases dominantes políticas y económicas. Varios de sus miembros claman por ’la paz, la concordia, el diálogo, el consenso’, pero ominosamente callan ante la imparable migración de hombres, mujeres y niños que, desesperados por la pobreza, abandonan la patria y muchos mueren en alta mar. Nada dicen del 80% de pobres e indigentes, desempleados y enfermos, desnutridos y hambrientos que pululan por plazas y calles de las ciudades en busca de mendrugos de pan.

En Venezuela, los cardenales y obispos -en su mayoría- son pro imperialistas, pro ricos, pro oligarquías, pro sistema. En el mes de abril del año 2002, la obispalia venezolana apoyó con entusiasmo la insurrección civil-militar desatada por las oligarquías, la oposición política y Estados Unidos en contra del gobierno legítimamente constituido de Hugo Chávez.

Los jerarcas de la Iglesia Católica, con el arzobispo Porras a la cabeza y, quizás, con el beneplácito de El Vaticano, estuvieron presentes para bendecir la inauguración del gobierno del “presidente” Carmona, representante del empresariado, que había sido ungido para el cargo, luego del momentáneo triunfo del golpe de Estado.

La Conferencia Episcopal Venezolana se convirtió en tenaz opositora ideológico-política al Presidente Chávez y, en consecuencia, acoge el odio imperial y el odio fanático de la oposición al Socialismo del Siglo XXI que proclama el mandatario venezolano.

Monseñor Porras está lleno de contradicciones: es crítico pertinaz de Chávez y a veces considera que la Teología de la Liberación se basa en los valores fundamentales de los pueblos latinoamericanos, en las realidades de vida de esta empobrecida América Latina. Si mantiene estos criterios, Porras corre el peligro de ser condenado por el Papa Benedicto XVI que visita al país más grande y poderoso de Latinoamérica y que cuenta con el mayor número de católicos que, para mala suerte del Papa, la inmensa mayoría no sabe ni como se llama.

¿Por qué el Papa Ratzinger o Benedicto XVI escogió a Brasil, para su visita a nuestra América Latina?

Brasil es una potencia económica superior en América Latina. El Presidente Inácio Lula Da Silva proviene del Partido de los Trabajadores de tendencia marxista. Tanto Estados Unidos como la Unión Europea consideran a Brasil como el líder natural de la Región y, en este sentido, prefieren a Lula como líder de la proyectada Unión Sudamericana o UNASUR.

El Vaticano coincide con la geopolítica imperial de la Casa Blanca y Ratzinger, siendo un Papa ultrareaccionario aborrece a Chávez tanto como lo hace Bush Jr.(Lee todo aquí)

Fuente:

*Comuna eclesial de base «Juan Palomino Muñoz»: grupo de reflexión del Azuay. comunapalomino@hotmail.com

3 comentarios:

GuanacoEH dijo...

Monseñor Romero es salvadoreño, no nicaragüense.

Anónimo dijo...

Cierto guanaco:
Nació en
Ciudad Barrios, Departamento de San Miguel, en el oriente de la República de El Salvador.
Gracias por la aclaración del error.
Tere Marin,edita el blog

Anónimo dijo...

Y era Arzobispo de San Salvador.
Gracias.
Guillermina