sábado, 28 de abril de 2012

Indefensión aprendida y consumismo: un arma en defensa del sistema capitalista


por Pedro Honrubia

Como los perros del experimento de Seligman, aunque suframos y nos duela ser lo
que somos dentro del capitalismo, hemos renunciado por completo a escapar de él,
y hemos aprendido a no luchar por ello, sino simplemente a resignarnos en nuestro
dolor y nuestro sufrimiento...

1 No vale la pena hacer nada, porque haga lo que haga nada cambiará .

Martin Seligman (1991)se preguntó qué motivaciones llevaban a las personas a
reaccionar de diferente manera ante las adversidades que van encontrando en sus vidas.
Mientras unas personas son capaces de enfrentarse a sus problemas sin venirse abajo
por muy duros que estos fueran, otras son incapaces de hacer frente a los mismos sin
hundirse, por pequeños que sean.
El autor, en sus investigaciones, trató de buscar en las propias experiencias vitales de las
personas una respuesta a dicho interrogante. Una de sus conclusiones fue que las
personas, sobre todo en etapas tempranas de la vida, cuando se han visto acorraladas en
situaciones altamente aversivas ante las cuales no podían reaccionar o huir, aprenden a
sentirse desamparadas y a dejar de confiar en su propia valía para poder escapar de los
problemas que tengan que afrontar. Es decir, uno aprende, consciente o
inconscientemente, a quedarse paralizado frente a determinadas situaciones
problemáticas ante las cuales parece no haber salida: se aprende a ser indefenso apriori.
Este desamparo aprendido, esta indefensión apriori, está acompañado además de
pensamientos destructivos, que finalmente son los que ejercen como determinantes
finales de las conductas que los sujetos asumen cuando deben hacer frente a algún
problema, especialmente cuando este parece no tener una solución fácil. Las conductas
que acaban por asumir las personas que se encuentran en esta situación, según el
mencionado autor, son: la reacción de bajar los brazos y darse por vencidas, el no
asumir la responsabilidad de producir cambios y el no contestar frente a las
adversidades.
En pocas palabras, estas personas aprenden a enfrentar sus problemas, especialmente
cuando estos son graves y de difícil solución, con resignación absoluta y a no hacer
nada para salir de ellos. Esto sucede, según Seligman, porque han construido, sin
quererlo, una paralizante teoría: la creencia de que no vale la pena hacer nada, porque
haga lo que haga nada cambiará.
¿Les suena de algo semejante pensamiento?, ¿tiene alguna relación con el normal
discurrir de la vida política? , ¿lo han escuchado alguna vez en boca de sus semejantes?
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